París, 1 may (EFE).- Los choques entre líderes de diversas corrientes de la izquierda han marcado las primeras manifestaciones sindicales del 1 de mayo en Francia, con altercados aislados en algunas ciudades y reivindicaciones diversas, contra la reforma del seguro de paro o por la reclamación de subidas salariales.
En espera del gran desfile unitario organizado en París a partir de las 14.00 hora local (12.00 GMT), la actualidad en los desfiles de la mañana en otras ciudades estuvo marcada sobre todo por la participación frustrada del candidato socialista a las elecciones europeas de junio, Raphael Glucksmann, en Saint Étienne.
Glucksmann tuvo que salir de la marcha cuando su comitiva fue recibida con invectivas y con el lanzamiento de pintura por parte de una cincuentena de personas, aparentemente jóvenes militantes comunistas o de extrema izquierda.
El candidato socialista se quejó de que «estos ataques son el resultado de meses de odio y de calumnias bien orquestadas por los insumisos y por otros».
Aludía así a las fricciones y al aumento de la tensión en las últimas semanas entre su candidatura, que está en cabeza de las de la izquierda en las encuestas (le atribuyen entre el 12 % y el 14 % de los votos en las últimas semanas) y La Francia Insumisa (LFI, en torno al 8 %), el partido de Jean-Luc Mélenchon.
El propio Mélenchon reaccionó a la agresión y dijo en su cuenta de X que desaprobaba «totalmente» esa acción que, a su juicio «ofrece una diversión mediática contra el 1 de mayo y un papel de víctima a Glucksmann, que aprovecha para acusarnos».
Al margen de estos hechos, lo más destacable fueron los incidentes que se produjeron en la manifestación de Lyon, donde fueron detenidas al menos 17 personas por los altercados iniciados por grupos de alborotadores que vandalizaron establecimientos comerciales por el centro de la ciudad (básicamente sucursales bancarias) y mobiliario urbano.
Las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y cargas contra los manifestantes violentos, que por su parte lanzaron cohetes de artificio con morteros.
El alcalde de Lyon, el ecologista Grégory Doucet, también fue increpado por algunos manifestantes que le reclamaron que hiciera ondear la bandera palestina.
En París, antes del inicio de la manifestación, programada entre la plaza de la República y la de la Nación, la Prefectura de Policía indicó en su cuenta de X del arresto de 15 individuos en los controles previos que hizo a 478 personas, a la búsqueda en particular de armas.
Más de 250 marchas han sido convocadas por los sindicatos en Francia para este 1 de mayo, en el que la policía esperaba en total menos de 150.000 manifestantes.
Una cifra muy alejada de los cerca de 800.000 que había contabilizado el pasado año -la Confederación General del Trabajo (CGT) había contado 2,3 millones- cuando el 1 de mayo fue una de las últimas protestas contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, que retrasó la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.
Este año, los sindicatos se han movilizado con reivindicaciones mucho más dispersas, aunque hay algunas que los siguen uniendo, en particular la oposición a la reforma del seguro de paro que está promoviendo el Ejecutivo de Macron y la reclamación de subidas salariales.
En declaraciones a los medios antes del desfile en París, la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, denunció también la «penalización de la acción sindical» de la que a su parecer son víctimas muchos miembros de su central.
Binet explicó que hay «más de 1.000 militantes» de la CGT que son objeto de procedimientos en su contra «por su actividad sindical» una situación «gravísima» teniendo en cuenta que «todos los derechos sociales que tenemos hoy se han arrancado gracias a la lucha sindical».
Roma, 1 may (EFE).- Los principales sindicatos de Italia, CGIL, CISL y UIL, se dieron cita este Primero de Mayo en la ciudad de Monfalcone (norte), los mayores astilleros del país, para denunciar la precariedad laboral y emplazar al Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni a tenerlos en cuenta en sus políticas.
«La nuestra es una República fundada en la explotación y en la precariedad», arremetió el líder del principal sindicato italiano, CGIL, Maurizio Landini.
El sindicalista denunció la inflación del país, que en abril ha repuntado, la elevada evasión fiscal, los fallecidos en su puesto de trabajo y las exenciones que el Ejecutivo destina a empresas y que, a su juicio, son «medidas electoralistas».
Asimismo, los sindicatos también llamaron al Gobierno a un debate «serio» sobre las medidas a aplicar.
Landini recordó que «deben ser interlocutores insustituibles en las negociaciones» laborales y el secretario de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, llamó a un «debate serio y no una narración»: «No nos ilustréis las medidas, debatidlas con nosotros», exigió.
En la manifestación también se pidió una «Europa de los derechos», a casi un mes de las elecciones al Parlamento Europeo.
La primera ministra, por su parte, habló desde sus redes sociales para reivindicar los «resultados óptimos» de su gestión del mercado laboral y el «récord» en contrataciones, especialmente de mujeres, durante el año y medio en el poder, desde octubre de 2022.
«Desde que gobernamos los empleados en Italia han aumentado en más de medio millón», defendió (el pasado febrero los trabajadores ascendían a 23,7 millones, 351.000 más que en el mismo mes del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística).
«Esto no significa que todo vaya bien, sino que tenemos que seguir adelante para hacer más», reconoció.
El Primero de Mayo es un día muy sentido en Italia, proclamada en su Constitución como «una República fundada en el trabajo», y se festeja en Roma con el tradicional concierto sindical, aunque este año no podrá ser como siempre en la plaza de San Juan de Letrán, por estar en obras, sino en el Circo Máximo.
Londres, 1 may (EFE).- Centenares de personas salieron a las calles de Londres este miércoles, Día del Trabajador, para reclamar una mejora de los derechos laborales a nivel regional y mundial.
Entre las reclamaciones de la organización, además de la mejora de condiciones de los trabajadores y el aumento del salario mínimo, se situó la lucha contra el racismo, la protección del sistema sanitario y la petición de un alto el fuego en Gaza, cuya situación, según la convocatoria, «ha conmocionado a la ciudadanía y debe cambiar».
Para Stella, jubilada, es importante seguir alzando la voz contra un sistema que considera «perverso» y que «debe ser derribado por la clase obrera mediante huelgas generales», dijo a EFE.
Según la manifestante, que no quiso dar su nombre completo, el Gobierno del Reino Unido en particular desea «eliminar el derecho a huelga», en referencia a la ley presentada en 2023 para poder fijar los servicios mínimos de algunas profesiones.
De hecho, esta es una de las razones por la que la Confederación Sindical Internacional (ITUC, por sus siglas en inglés) consideró que ese año empeoraron los derechos laborales en el territorio británico, según su Índice de Derechos Globales.
A juicio de Alan Kenny, miembro del Partido Socialista de los Trabajadores británico, la unidad de la fuerza laboral es clave para plantear preguntas a los Gobiernos y protestar ante ciertas actuaciones.
«Al mismo tiempo, desafortunadamente, tenemos un partido laborista que no representa realmente el cambio que la gente corriente quiere ver», agregó.
Pese a no ser día festivo en el país, el comité organizador de la capital británica convocó a los trabajadores a una manifestación que concluyó con una concentración en la plaza de Trafalgar.
