El hijo de Xóchitl Gálvez fue captado en estado de ebriedad y agrediendo a los guardias de un bar en Polanco. (X/@JPsagalvez)

Recientemente se dio a conocer un video en el que se ve a Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de la aspirante a la presidencia de México por la oposición, Xóchitl Gálvez, en estado de ebriedad y agrediendo a golpes y con insultos clasistas a los guardias de un bar en Polanco.

La difusión de dicho video provocó que Juan Pablo se disculpara por medio de un clip que posteó en sus redes sociales, y además, informó que se separaba de su cargo como coordinador juvenil de la campaña de su madre.

Sobre este tema habla el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de Reportero de este jueves, titulada “Hijos de…”.

En ella, el periodista señala que Gálvez se equivocó al meter a sus hijos a su campaña, pues el video del hecho que sucedió hace un año, en el que se ve a su hijo en estado de ebriedad, no hubiera tenido la misma relevancia si la candidata no lo hubiera vuelto “cancha reglamentaria” para el escrutinio público. “El hijo es mayor de edad (tiene 26 años), ocupaba hasta ayer un cargo directivo en la campaña presidencial y esa, como todas las campañas, está financiada con dinero público. Puso a su hijo en una posición vulnerable y se puso vulnerable ella”, señala el periodista.

Loret señaló que el video del hijo de Xóchitl Gálvez tiene «aroma» a guerra sucia. EFE/Mario Guzmán
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Además, enumeró varios efectos inmediatos que favorecen a Claudia Sheinbaum, la aspirante a la presidencia por el oficialismo, tras la filtración del “penoso” video.

Señala que, en primer lugar, refuerza en el electorado la caricatura que el presidente ha hecho de la oposición: un grupo de ricos abusivos que quieren mantener sus privilegios; recuerda a una clase media trabajadora por qué votaron por López Obrador: por el fin de ese clasismo, racismo, discriminación, etc. Y así, diluye el costo político de lo que han enfrentado en este sexenio, que es la escasez de medicinas e inseguridad récord.

También señala que intenta “emparejar la cancha” en lo que tiene que ver con escándalos de los hijos, que estaban resultando cada vez más costosos para el presidente; además, merma a Xóchitl Gálvez de cara al debate, pues al fin de cuentas, es la madre del joven que hace el desfiguro. Esto le pega en el ánimo de cara al debate del próximo domingo, un debate al que por cierto, dice Loret de Mola, se ve que Sheinbaum le tiene pánico. “Jugueteó con la idea de no ir, impugnó a la institución académica que recolectó las preguntas de redes sociales, impugnó al único moderador que no escogió ella, pero que ya había aceptado, impugnó que las preguntas las vayan a seleccionar los moderadores y ahora este video”, explica el periodista.

Además, pone a Gálvez a la defensiva, cuando tendría que estar a la ofensiva, asegura. Ante esto, Loret de Mola se pregunta qué hijos se han portado peor, si los de la candidata opositora o los candidatos del mandatario nacional. Ante esto, se hace otras varias preguntas:

Loret recuerda los escándalos de los hijos de AMLO.
FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM (© MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO.COM/)

“¿Qué es peor, la corrupción de los hijos de AMLO o el clasismo del hijo de Xóchitl? ¿La impunidad de los juniors del obradorato o el machismo prepotente del junior opositor? ¿Preocupa más lo que podría llegar a hacer el hijo de Xóchitl si su mamá es presidenta o lo que ya hicieron los hijos de AMLO con su papá en la Presidencia? ¿Cómo se comparan el hijo que ante un video borracho da la cara, se disculpa y renuncia a la campaña, y los hijos que guardan silencio tras ver exhibidas sus casas de lujo y los contratos que canalizaron a sus íntimos amigos para volverlos multimillonarios? ¿Vale más la mamá que obliga a su hijo a enfrentar las consecuencias o el papá que encubre las trapacerías de sus muchachos?”.

Explica que el video del hijo de Gálvez puede tener dos efectos búmeran, el primero, que la estrategia del obradorato había sido minimizar la conversación de los hijos de AMLO. Señala que en la “competencia de los juniors”, los tres hijos de López Obrador, Andy, Bobby y José Ramón López Beltrán llevan 20 años como mirreyes al amparo de su padre, y asegura que una cosa es una noche de borrachera y otra es la casa gris con alberca de 23 metros, y los contratos multimillonarios de El Clan en medicinas, Dos Bocas y el Tren Maya.

El segundo búmeran es que el video tiene “aroma” a guerra sucia, dice el comunicador, y abre una puerta peligrosa: ¿Cuántos videos de cuántos hijos enfiestando a lo grande empezarán a circular? Esto, dice, porque todos saben historias, concluye.