Johannesburgo, 4 abr (EFE).- La expresidenta de la Asamblea Nacional (cámara baja del Parlamento) de Sudáfrica, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, compareció este jueves ante la justicia por doce cargos de corrupción y lavado de dinero, y quedó en libertad tras depositar una fianza de 50.000 rands sudafricanos (unos 2.500 euros).
Mapisa-Nqakula, quien dimitió el miércoles al conocerse el presunto caso de corrupción del que ella se declara inocente, se entregó en la mañana de este jueves a la Policía y compareció en el tribunal de primera instancia de Pretoria, que consideró que no presenta riesgo de fuga y aceptó su libertad bajo fianza.
Además del pago la política tendrá que entregar su pasaporte a las autoridades antes de las 16.00 hora local (14.00 GMT) del próximo lunes y no podrá comunicarse con los testigos, aunque sí podrá viajar libremente dentro de Sudáfrica.
El abogado de Mapisa-Nqakula, Kerr-Phillips, alegó en la vista que la acusada, de 67 años, es madre de dos hijos, sufre de hipertensión y vive en una casa valorada en siete millones de rands (unos 345.000 euros) con una hipoteca de dos millones (98.500 euros).
Asimismo, el hecho de que la hasta hace unas horas diputada se entregara a la Policía fue un atenuante.
La Fiscalía sudafricana ya había anunciado que no se iba a oponer a la puesta en libertad de Mapisa-Nqakula, aunque pidió para ella una fianza de 100.000 rands (unos 5.000 euros), el doble de los 50.000 que finalmente resolvió el tribunal al valorar positivamente su renuncia como presidenta de la Asamblea Nacional (la cámara baja del Parlamento).
Mapisa-Nqakula fue acusada de aceptar sobornos de un contratista cuando era ministra de Defensa (2012-2021) y se enfrenta ahora a doce cargos de corrupción y lavado de dinero.
La próxima comparecencia por este presunto caso de corrupción tendrá lugar el 4 de junio, cuando la Fiscalía citará a un segundo acusado.
La política informó el miércoles en un comunicado sobre su dimisión «debido a la gravedad» de las acusaciones vertidas en su contra y para concentrarse en «hacer frente a la investigación».
Esta veterana militante del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) presuntamente solicitó y recibió al menos 2,3 millones de rands (unos 112.000 euros) del propietario de una empresa para conseguir una licitación para transportar equipo militar a Sudáfrica.
Estas informaciones llevaron al principal partido de la oposición a presentar una moción de censura para destituir a Mapisa-Nqakula, pese a que está previsto que el Parlamento se disuelva el próximo mes, antes de las elecciones generales del 29 de mayo.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó al poder en 2018 con la promesa de atajar la corrupción desatada por su antecesor, Jacob Zuma, durante nueve años al frente del Gobierno.
Este nuevo escándalo puede suponer otro golpe para el CNA ante los próximos comicios, cuyo apoyo no ha hecho más que bajar durante los últimos años y está en riesgo de perder su mayoría parlamentaria por primera vez desde 1994. EFE
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