Berlín, 9 abr (EFE).- El número de delitos registrados en Alemania en 2023 aumentó un 5,5 % interanual hasta superar los 5,94 millones, con un crecimiento considerable de la violencia y de hechos cometidos por jóvenes y extranjeros, según se desprende de la estadística policial sobre criminalidad publicada este martes.
La tasa de esclarecimiento de delitos se situó en el 58,4 %, lo que supone 1,1 puntos porcentuales, un «triste consuelo a la vista del aumento de las cifras» de delitos, declaró en rueda de prensa la titular alemana del Interior, Nancy Faeser.
Calificó de «totalmente inaceptable» el aumento en un 8,6 % de los delitos violentos, hasta 214.099 casos registrados.
El número de sospechosos en general también aumentó significativamente, un 7,3 %, hasta los 2.246.767, en particular el de no alemanes, que creció un 13,5 %, sin tener en cuenta los delitos en materia de legislación sobre inmigración.
También se registró un aumento importante en lo que respecta a hechos cometidos por menores, con un 12,0 % más de niños y un 9,5 % más de jóvenes sospechosos de la comisión de un delito.
La ministra habló de «tolerancia cero», lo que significa «procedimientos rápidos, sentencias coherentes y penas palpables», aunque se refirió asimismo a la necesidad de prevención, de integración de la población extranjera y de abordar las causas sociales que se esconden detrás de la delincuencia y la violencia.
El presidente de la Oficina Federal de Investigación Criminal, Holger Münch, precisó que la estadística sobre delincuencia incluye como sospechosos también a turistas, viajeros y personas que están de paso, entre otros, por lo que las cifras no son aplicables directamente a la población extranjera residente en el país.
Según Münch, hay delitos que no superan el número de casos previos a la pandemia, pero la tendencia general no puede atribuirse únicamente al descenso de casos registrados durante las restricciones de la vida pública por el coronavirus, sino a otros factores delictivos, de los cuales el BKA establece tres.
Un primer aspecto es la presión económica a raíz de la inflación, el segundo es la cuestión de la inmigración, aunque en este aspecto subrayó que se trata de un efecto númerico, y el tercero, la mayor movilidad después de la pandemia. EFE
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