La ONG Haalvsh, especializada en el segumiento de los derechos humanos en Irán, ha informado este sábado de la ejecución esta semana de cuatro ciudadanos afganos condenados por tráfico de drogas.
Los cuatro afganos estaban encarcelados en régimen de confinamiento en solitario en la cárcel de Vakilabad, provincia de Jorasán Razaví, en el noreste del país, y fueron trasladados el jueves al amanecer al patio de ejecuciones donde las autoridades procedieron a aplicar la sentencia de muerte por ahorcamiento.
La ONG identifica a los ejecutados como los hermanos Zaman y Salam Taheri, Ghulam Qader Samani y Ebrahim Norzehi, detenidos todos ellos en 2018 en la ciudad de Mashhad, la capital de la provincia, donde han permanecido encarcelados todo este tiempo en el país, uno de los más activos del mundo en cuanto a ejecuciones de prisioneros se refiere: Irán ahorcó al menos a 834 personas en 2023, el segundo mayor número de ejecuciones en dos décadas, según un informe publicado este mes por la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.
A principios de este mes, 82 organizaciones iraníes e internacionales de derechos humanos pidieron una acción conjunta para detener las ejecuciones relacionadas con las drogas en Irán e instaron a la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) a poner fin a su cooperación con las autoridades iraníes.