Un grupo de unos 15 encapuchados irrumpió en la noche del viernes al sábado en una vivienda de Oporto donde vivían inmigrantes, en su mayoría argelinos, y les han agredido con palos.
Dos de las víctimas han sido atendidos en hospitales y uno de ellos, un trabajador de la construcción de 28 años, continúa ingresado por una fractura sufrida por una caída cuando huía de la agresión. El hombre lleva año y medio en Oporto.
La Policía ha registrado otros dos ataques en la vía pública contra inmigrantes magrebíes, según ha indicado un portavoz policial, António Veiga, citado por el diario ‘Público’. Todas estas situaciones estarían vinculadas. «Ahora tenemos que esperar al desarrollo de la investigación», ha apuntado.
Fuentes policiales han destacado un clima de tensión en la zona, con una veintena de extranjeros, la mayoría magrebíes, detenidos desde febrero por casos de robo y hurto, pero consideran prematuro hablar de «motivaciones racistas».
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha condenado en cambio estos «ataques racistas» que «no tienen cabida en la sociedad portuguesa».
También el primer ministro, Luís Montenegro, ha condenado los «ataques racistas» de Oporto y ha destacado la labor de las fuerzas de seguridad. «Este ataque no representa al pueblo portugués», ha afirmado la ministrao de la Administración Interna, Margarida Blasco.
Desde la organización SOS Racismo han denunciado la acción de estas «milicias» que perpetran «ataques planeados y devidamente organizados» y han convocado una manifestación de solidaridad con las víctimas para este mismo sábado en Oporto.