Trabajadora del área de recursos materiales de la sección de compras del Servicio de Salud de Baleares (IbSalut) ha admitido este viernes que una mascarilla KN95, como las que vendió la empresa prmocionada por KOldo Garcia, no es una FFP2, aunque ha subrayado que en pandemia fueron equiparadas por el Estado y que en aquellos momentos de coronavirus «era eso o nada».
María Dolores Alemany, que fue responsable de recursos materiales en el área de compras del IbSalut, ha defendido en la comisión de investigación del Parlament que la compra de mascarillas a la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, investigada por la Audiencia Nacional, se hizo de manera correcta en el contexto de emergencia de la pandemia.
A preguntas de los grupos parlamentarios, Alemany ha explicado que las ofertas que se recibían se tramitaban rápidamente y que solo se desechaban las que aportaban documentación falsa o solo en chino. En el caso de la empresa vinculada a la supuesta trama, cumplía con todos los requisitos en cuanto a documentación, por lo que se aceptó, además, por la escasez de material.
HUBO PREVISIÓN
En este punto, la trabajadora del IbSalut ha hecho mención al hecho de que se pudieron afrontar las primeras semanas de pandemia porque a finales de 2019 se duplicaron pedidos de mascarillas ante las informaciones que llegaban de China. «En febrero nuestros proveedores habituales se paralizaron y gracias a Dios llegaron estos aviones», ha apuntado.
A preguntas del portavoz del PSIB, Iago Negueruela, se ha mostrado conforme en relación a la conveniencia de almacenar las mascarillas por si hubieran llegado olas más fuertes y hubiera sido necesario utilizarlas, siempre advirtiendo que no eran mascarillas FFP2. Alemany se ha mostrado partidaria de contar siempre con stocks de seguridad, en pandemia o fuera de pandemia, y más en territorios insulares.
La trabajadora del área de compras ha recordado que las mascarillas se llevaron a analizar porque se detectó, por parte de sus responsables, Juan Martorell y Antoni Mascaró, responsables en el servicio de compras. Sin embargo, ha calificado de «sentido común» que, en todo caso, se considerara la posibilidad de destinarlas, en su caso, a uso no hospitalario frente a una FFP2.
«Había algo que no era normal», ha añadido, aunque ha matizado que ella no tenía control sobre el producto en sí mismo –«éstas ni las vi», ha apuntado–, señalando que era habitual que llegara material defectuoso.
A preguntas del portavoz del PP en la comisión, José Luis Mateo, Alemany ha reivindicado que trabajaron «lo mejor que pudieron» y ensalzado el trabajo de sus anteriores responsables, Martorell y Mascaró, «que actuaron de buena fe para hacer frente a un problema gravísimo».
La compareciente ha insistido en varias ocasiones respondiendo a PP y Vox en que ella no sabe por qué las mascarillas no llegaron a utilizarse, porque no era cuestión de su competencia.
En relación a la compra concreta a la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, Alemany ha explicado que su grupo de trabajo no tenía contacto con la empresa y que la documentación, toda correcta, se la hizo llegar Mascaró. También ha dicho que desconocía si la entrega, finalmente, no se correspondió con la imagen que se había adjuntado en la ficha técnica. «Se dio la conformidad porque era una valoración más», ha afirmado.