El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, se ha reunido este martes con el presidente de Ruanda, Paul Kagame, para hablar sobre el actual estado del proyecto de ley del acuerdo migratorio suscrito con Kigali, que actualmente está siendo debatido en el Parlamento y que tiene como medida estrella la deportación de solicitantes de asilo.
«(Sunak y Kagame) han hablado de la pionera Asociación de Migración y Desarrollo Económico entre Reino Unido y Ruanda, que acabará con el modelo de negocio de las bandas criminales que arriesgan vidas en el mar, y el primer ministro ha puesto al día al presidente sobre las siguientes fases de la legislación en el Parlamento», reza un comunicado de la oficina del primer ministro británico.
Asimismo, ambos mandatarios han expresado su confianza en que los vuelos de deportaciones comiencen esta misma primavera a pesar de la paralización ‘in extremis’ ordenada en junio por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y un rechazo ya en firme del Supremo británico a mediados de noviembre.
De hecho, Sunak ya ha insinuado que está dispuesto a solicitar la retirada del país de la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH) en el caso de que el Tribunal de Estrasburgo bloquee el proyecto de ley.
«Creo que todos los planes cumplen con nuestras obligaciones internacionales, incluido el CEDH, pero creo que la seguridad fronteriza y asegurarnos de que podemos controlar la migración ilegal es más importante que ser miembro de un tribunal extranjero, porque es fundamental para nuestra soberanía como país», declaró Sunak la semana pasada.
Varios parlamentarios conservadores han presionado anteriormente para que Reino Unido abandone la convención, temiendo que sus disposiciones impidan la deportación de solicitantes de asilo, mientras que Sunak se ha resistido a desafiar las órdenes del tribunal. Otros diputados más moderados han advertido contra la posibilidad de abandonar el documento, en vigor desde 1953.
La iniciativa, que está tramitándose en el Parlamento, data de la época de Boris Johnson en Downing Street, pero no se ha puesto en marcha tras una paralización ordenada por el TEDH y un rechazo ya en firme del Supremo británico. El Gobierno conservador del primer ministro británico, Rishi Sunak, ha tratado de solventar los recelos legales firmando un nuevo tratado con Ruanda.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, alertó de que el plan del Gobierno británico para deportar migrantes irregulares a Ruanda supone una violación de las «protecciones vitales de los Derechos Humanos» y es «contrario a los principios básicos del Estado de Derecho».