Bruselas, 22 abr (EFE).- Los sindicatos españoles CC.OO. y UGT junto a otros diez sindicatos franceses, italianos y belgas pidieron este lunes a la Eurocámara que rechace las nuevas reglas de control del déficit y la deuda en la UE que pactaron en febrero con los Gobiernos de los Veintisiete.
«Las nuevas reglas fiscales harán imposible la necesaria transformación de nuestras sociedades, dejando atrás a trabajadores y ciudadanos en un momento en que necesitan más protección que nunca», dicen las doce formaciones en una carta enviada al Parlamento Europeo en vísperas de que este vote en pleno mañana el acuerdo.
En la misiva, firmada por los secretarios generales de CC.OO., Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, los sindicatos critican que las nuevas reglas «marcarán una vuelta a la austeridad» puesto que obligarán a los Estados a reducir su deuda pública «rápidamente» y de manera «económica y socialmente insostenible», y desincentivarán las inversiones en objetivos climáticos y sociales al «limitar el margen de maniobra del déficit público».
Las doce organizaciones critican que las reglas pactadas no son mejores que las anteriores y afirman que, según sus cálculos, obligarán a hacer recortes presupuestarios o aumentar impuestos por valor de 72.900 millones de euros al año en los cuatro países representados -España, Italia, Francia y Bélgica- y opinan que «podrían anular pronto» los beneficios que se han obtenido con las inversiones del fondo de recuperación pospandemia.
Por motivos como este, llaman a la Eurocámara a rechazar el acuerdo y negociar unas nuevas reglas fiscales durante la próxima legislatura que permitan «inversiones sociales y verdes, la financiación de servicios públicos y sistemas de protección social, y apoyo público a una transición justa y descarbonización de la industria»,
Y piden acompañarlo de nuevas medidas para de ingresos para financiar un instrumento de inversión permanente en la UE, como un renovado fondo de recuperación.
La Eurocámara tiene previsto dar el martes el visto bueno definitivo a las nuevas reglas fiscales, tras haber llegado a un acuerdo político provisional con los Estados miembros sobre las mismas el pasado febrero. Los eurodiputados solo podían introducir enmiendas a una de las tres regulaciones que componente las reglas -la relativa a la vigilancia presupuestaria y coordinación económica – mientras que las otras dos solo podían ser rechazadas o aprobadas.
Las reglas mantienen los límites de déficit público en el 3 % del PIB y de deuda en el 60 % del PIB, pero dan un mayor papel a los Gobiernos a la hora de definir sus sendas de ajuste en función de su situación particular.
Introducen, no obstante, objetivos de reducción comunes para evitar que se posterguen los ajustes: los países cuya deuda supere el 90 % del PIB tendrán que recortarla un 1 punto porcentual de media cada año y aquellos con un ratio entre el 60 % y el 90 %, en 0,5 puntos, mientras que aquellos con un déficit por debajo del 3 % del PIB deberán seguir recortándolo hasta el 1,5 % con el fin de crear un colchón para tiempos difíciles. EFE
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