Ciudad de México, 6 abr (EFE).- Las principales aspirantes a la presidencia de México, la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, llegarán mañana al primer debate electoral para dar una “gran pelea” ante un Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano (MC), que pinta poco en la carrera hacia los comicios del 2 de junio por la jefatura de Estado.
Así lo describen a EFE el profesor de política de la Universidad Nacional Autónoma Nacional de México (UNAM), Ulises Corona, y la politóloga Palmira Tapia, quienes coinciden en la relevancia del debate para las elecciones más grandes de la historia mexicana.
“La representación de Sheinbaum es importantísima y, la de Gálvez, fundamental. Darán una gran pelea, un gran debate y un gran espectáculo”, sostiene Corona.
Para Tapia, Máynez «no pinta» en este primer encuentro, que se celebrará en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) en la capital mexicana, y ha “echado por la borda el capital político” que el Gobernador del estado norteño de Nuevo León y excandidato a la presidencia, Samuel García, había cosechado.
Sheinbaum, «bien posicionada»
La politóloga ve a la candidata del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) “bien posicionada” y con fortaleza, pues “nadie pondría en duda que tiene una ventaja comparativa” respecto de Gálvez.
“Por su formación como académica y el desempeño que ha tenido en entrevistas, creo que tendremos a una Claudia más cómoda que cuando está en grandes multitudes”, augura de cara al debate, que ha despertado críticas de la candidata oficialista por el método de selección de las preguntas.
Corona, por su parte, cree que expondrá “propuestas concretas” basadas en su experiencia como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sobre todo, en el rubro de seguridad o de relación con el comercio, sus “grandes éxitos”.
Aun así, advierte: “Si insistiese en que va a dar continuidad al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, me parece que le restaría puntos. Muchas clases medias han sido golpeadas; (…) el combate a la pobreza ha sido muy cuestionado”.
Gálvez, «contenta»
Corona observa a la candidata del frente opositor Fuerza y Corazón por México “contenta” y “confiada” en su estrategia, que es “muy contestataria” con el discurso oficialista.
“Parecería ser que, en México, es fácil ser opositor porque tienes que ser muy contestatario y, al serlo, pasas a ser poco propositivo”, matiza, y le recomienda acompañar sus iniciativas con el “qué, cómo, cuándo, dónde y con qué dinero” serán ejecutadas.
Tapia, profesora del Centro de Investigación y Docencia Económicas de México (CIDE), cree que Gálvez está más cómoda en entornos más “masivos” y con una dialéctica “ocurrente”, pero duda de que tenga “el capital intelectual para sostener una discusión” más allá de los argumentos ya expuestos.
“Parece ser que se centraría en el tema de la seguridad, que es la bandera que se ha tomado en su equipo de campaña”, opina, quienes también plantean el voto a ella como “de castigo” hacia las políticas de López Obrador.
Máynez, «preocupado»
El analista asegura que el candidato está “preocupado” y considera que necesita «a un par de estadistas a su lado que le visualicen mando y rumbo”.
Tapia, sin embargo, considera que Máynez ha sido “cuidadoso” con las críticas a Morena, pues las ha manifestado “estratégicamente”, y no cree que, durante el debate, le “haga el juego” a Gálvez.
Ambos especialistas sí que coinciden en las dificultades que tendrá para posicionar su discurso.
“El verdadero debate será Sheinbaum-Gálvez, (…) a ver quién propone menos ocurrencias y más concreción”, señala Corona.
¿Y quién ganará?
En la quiniela para este domingo, Tapia apuesta por Sheinbaum como ganadora, por su “disciplina” y porque “se desempañará como futura presidenta”, y recomienda a Gálvez preguntarse “si es tan bueno” focalizar sus críticas en López Obrador, pues “conserva sus niveles de popularidad”.
“El debate lo ganarán México y los mexicanos porque vamos a poder ver (…) propuestas diferentes, aguerridas”, defiende Corona.
Reclama a las candidaturas que trabajen para que la sociedad acuda a las urnas, también “los complacientes”, y se logre una participación récord en unas elecciones que, probablemente, llevarán a una mujer a ser la primera presidenta.
“Se espera de más del 50 % y, con esto, estaremos dando cuenta de que México está en un proceso de cultura política y formación cívica”, asevera.