El video se viralizó en las redes sociales al obtener más de un millón de reproducciones. (Ilustración: Jovani Pérez)
Partir el pastel de bodas es un ritual cargado de simbolismo, remontándose a la antigüedad donde se creía que compartir un pedazo de pastel traía buena fortuna y fertilidad a los recién casados. Con el tiempo, esta tradición se arraigó como un símbolo de la unión y compromiso entre esposos.
Sin embargo, una pareja de recién casados desafió esta convención al optar por cortar un trompo al pastor en lugar del tradicional pastel de bodas, dejando a sus invitados sorprendidos y generando una ola de reacciones en las redes sociales.
El inusual momento fue capturado en un video compartido en la cuenta de TikTok @potts.wed, donde se ve a los novios riendo y celebrando mientras cortan el trompo de carne al pastor como si fuera un pastel. El clip, que ya supera el millón de reproducciones, ha desatado una amplia gama de reacciones entre los internautas.
Los novios sonríen al partir el trompo en vez del pastel de bodas. (TikTok @potts.wed)
Entre los comentarios, muchos expresaron su apoyo a la pareja, afirmando que no hay mejor sustituto para un pastel de bodas que un delicioso trompo al pastor. Frases como “El sueño”, “Es la indicada, no la dejes ir” y “Ese es amor” inundaron la sección de comentarios, reflejando el entusiasmo y la admiración de los espectadores por la originalidad de la pareja.
A pesar de este giro inesperado, el acto de cortar el pastel de bodas sigue siendo un momento significativo en cualquier ceremonia matrimonial. Lleno de emoción y alegría, este gesto simboliza el inicio de una nueva vida juntos para los recién casados y es un momento esperado tanto por ellos como por sus seres queridos.
Si bien esta pareja llevó su boda a otro nivel con su elección poco convencional, su decisión resalta la importancia de la individualidad y la creatividad en la celebración de un matrimonio. En un mundo donde las tradiciones pueden ser reinterpretadas y personalizadas, este gesto único sirve como un recordatorio de que el amor puede expresarse de infinitas formas, incluso a través de un trompo al pastor.