Nuevo compromiso deportivo para Pablo Urdangarín, que este domingo mientras su hermano Miguel disfrutaba con la Reina Sofía, la infanta Elena y Victoria Federica de la final del Mutua Madrid Open de Tenis, se ha enfrentado con el Fraikin BM Granollers de balonmano al Logroño La Rioja.
Un partido en el que el sobrino de Felipe VI volvió a destacar por su entrega, su juego y sus tantos -decisivos para la victoria por 30 a 27, con la que han vuelto a ponerse terceros en liga- y en el que a diferencia de su último encuentro, en el que estuvo arropado por la infanta Cristina y su abuela paterna, Claire Liebaert, no contó con la presencia de ningún familiar animándole desde las gradas.
Sí con la de su novia Johanna Zott, que acompañada por sus padres y una de sus hermanas ha vuelto a demostrar que es la mayor fan de Pablo, con el que lleva casi año y medio de discreta y consolidada relación. Y es que el nieto del Rey Juan Carlos es uno más en la familia de su chica, que entusiasmada aplaudió cada una de las jugadas de su equipo.
Y precisamente para agradecer su apoyo incondicional, y tras detenerse a firmar varios autógrafos y hacerse selfies con sus fans, Pablo ha corrido a celebrar la victoria con Johanna, regalándonos auténticas escenas de amor ante la orgullosa mirada de su ‘suegra’ y su ‘cuñada’. Sin importarle las miradas ajenas, el hijo de la infanta Cristina ha besado apasionadamente a su novia, a la que intercambiando sonrisas y miradas cómplices ha abrazado cariñosamente mientras comentaban las jugadas del partio.
Divertido, el jugador de balonmano ha jugueteado con su pareja haciendo ‘el amago’ de quitarse la camiseta y quedarse con el torso desnudo, aunque en realidad llevaba por debajo una camiseta técnica que ha arrancado las risas de Johanna, que en un primer momento se ha hecho la sorprendida al pensar que su amor iba a presumir de sus abdominales ante todo el pabellón.
Juntos, y derrochando química, la pareja ha abandonado el lugar sin pronunciarse sobre el viaje de Iñaki Urdangarín con Ainhoa Armentia a Camboya en el que se especula que la administrativa podría haber conocido a Irene -de voluntariado en el país del sudeste asiático- dos años y medio después de comenzar su historia de amor con el exduque de Palma.