Han pasado más de dos años desde que supimos la nueva relación sentimental de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia y lo cierto es que nada nos hacía pensar que, dos meses después de salir a la luz, los dos seguirían tan felices como el primer día. No lo han tenido fácil, pero han hecho todo lo posible para que su amor triunfe y así ha sido, al menos por el momento.
Cuando la revista Lecturas publicaba esas imágenes de Urdangarin el miembro que se convertía en el portavoz de la familia -sin querer serlo- era Pablo, que atendía a la prensa desde el primer día mostrando tranquilidad y dando naturalidad a lo que había pasado entre sus padres.
Este sábado, el joven disputó el último partido de liga con su equipo el Fraikin Granollers vs TM Benidorm, y tras conseguir el tercer puesto, Pablo atendió como nunca antes habíamos visto a la prensa ya que se detuvo a responder a las preguntas de la prensa a la salida del partido.
El hijo de la Infanta Cristina se mostró algo reacio a hablar de determinados temas, por el ejemplo cuando escuchó el nombre de su hermana Irene y su relación con Juan Urquijo: «No voy a comentar temas familiares, espero que lo entendáis».
Pablo recibió el apoyo de la familia de su novia, Johanna Zott, que acudía verle en el último partido de la temporada, lo cual le hacía estar muy agradecido, pero al preguntarle por ella, por si podrá verla pronto, nos confesaba que «no sé, ya veremos. Espero que sí».
Tan unidos están que Pablo, minutos antes del partido, no dudó en hacer una videollamada con su chica para hablar con ella y para que esta le transmitiese tranquilidad y suerte, un momento que el joven nos definía como un momento que: «Ha estado bien».
El nieto del Rey Juan Carlos tampoco quiso mojarse sobre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, pero sí nos contestaba cuando le preguntábamos si es cierto que sus progenitores han llegado a un acuerdo para que su padre se quede con el coche de la Infanta: «No sé».
Por último, tras el viaje de su prima Victoria Federica a Barcelona por compromisos laborales, el joven evitaba desvelar si había aprovechado su visita para estar con ella y dejaba claro que «no tengo nada que decir».