Al menos once civiles han muerto y 42 han resultado heridos como consecuencia de la reanudación este pasado sábado de las hostilidades entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido en El Fasher, la capital de Darfur Norte y centro histórico regional.
Todas estas víctimas han sido recibidas en un solo hospital, el Centro Médico Al Shuhada, según han informado al ‘Sudan Tribune’ fuentes médicas que atribuyen todas ellas a los bombardeos de los paramilitares, que mantienen la ciudad bajo asedio desde hace meses.
Los enfrentamientos del sábado han roto un par de días de relativa calma. Las fuentes del medio sudanés han constatado también ataques aéreos del Ejército contra posiciones paramilitares a las afueras de la ciudad, concretamente en el este y el sur.
ONG como Médicos sin Fronteras han avisado esta semana de que El Fasher está siendo escenario de «un baño de sangre», y que los combates ya han dejado, según las estimaciones más conservadoras, 150 muertos, además de desatar las alarmas internacionales por su impacto sobre la crisis humanitaria en el país, sumido en una guerra civil desde hace ya más de un año.
Los enfrentamientos en El Fasher han provocado un éxodo masivo de población. Más de un millón y medio de personas se estaban refugiando de los combates en la ciudad y los campos de desplazados de alrededor hasta que las RSF comenzaron su ofensiva de noviembre.
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como una organización terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.