MSF considera que los últimos ataques en Gaza «ilustran la absoluta deshumanización» de los palestinos

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Médicos Sin Fronteras (MSF) ha afirmado este martes que los últimos ataques israelíes en la Franja de Gaza, que han dejado más de 800 muertos y 2.400 heridos en la última semana, «ilustran la absoluta deshumanización» de la población palestina, por lo que pide la «aplicación sin demora» de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un alto el fuego.

«¿Cómo puede considerarse una operación militar conforme al Derecho Internacional Humanitario la matanza de más de 800 personas en una sola semana, incluidos niños pequeños, y la mutilación de cientos más? No podemos seguir aceptando la afirmación que Israel está tomando ‘todas las precauciones’. Esto no es más que propaganda», ha declarado la responsable de la Unidad de Emergencias de MSF, Brice de le Vingne.

La ONG ha aseverado que «estos terribles ataques han provocado un dolor y un sufrimiento inaceptables e ilustran, según MSF, un claro desprecio por la vida de la población palestina». «Desde octubre (y ciertamente incluso antes), la deshumanización de los palestinos ha sido una característica distintiva de esta guerra», ha afirmado, indicando que actualmente no existen zonas seguras en Gaza, no se respeta el Derecho Internacional y se impide «sistemáticamente la ayuda humanitaria».

De Le Vingne ha criticado que «frases hechas como ‘la guerra es fea’ actúan como anteojos ante el hecho de que niños demasiado pequeños para caminar están siendo desmembrados, eviscerados y asesinados». Con todo, la organización afirma que «estos ataques son los últimos de una amplia letanía de atrocidades» y «no han dado lugar más que a débiles declaraciones diplomáticas, palabras vacías y una pasmosa inacción».

Es por ello que ha hecho un llamamiento a las autoridades de Israel para que «detengan inmediatamente estas masacres», mientras que ha pedido a sus aliados, como Estados Unidos, Reino Unido y los Estados miembros de la Unión Europea que «hagan todo lo que esté en su mano para influir a Israel con el fin de que detenga los ataques contra la población y las infraestructuras civiles».

No obstante, ha denunciado que «Israel y sus aliados han demostrado en repetidas ocasiones que no existe un punto de inflexión ni una línea roja en esta violencia». A ello se suma que, contrariamente a «los reiterados comunicados públicos de las autoridades israelíes, la ayuda humanitaria ha sido denegada o gravemente obstaculizada desde octubre».

Mientras que ha remarcado que «las numerosas ofensivas militares» han provocado «una afluencia recurrente de víctimas masivas a las instalaciones médicas», ha relatado la falta de suministros y equipos médicos esenciales, así como los retrasos burocráticos por parte de las autoridades israelíes a la hora de conceder la autorización de seguridad y suministro para establecer hospitales de campaña, lo que «ha hecho casi imposible prestar siquiera asistencia sanitaria básica».

Tal y como ha recordado MSF, los hospitales de campaña «son únicamente necesarios porque el sistema sanitario de Gaza se ha desmantelado sistemáticamente», si bien han recordado que «no pueden sustituir en modo alguno a un sistema de salud sólido y funcional». «Debe producirse un alto el fuego inmediato y duradero, y debe permitirse la entrada a gran escala de ayuda humanitaria sin restricciones», ha indicado, recordado que el Ejército israelí bombardea «repetidamente» las denominadas zonas seguras, como campamentos de refugiados y escuelas.

OPERACIÓN EN NUSEIRAT CON CIENTOS DE VÍCTIMAS

Las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo este fin de semana una operación de rescate de cuatro rehenes en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave, que se saldó con la muerte de cerca de 270 palestinos, muchos de ellos mujeres y niños, y dejaron unos 700 heridos.

Hazem Maloh, un médico palestino que trabaja con MSF desde 2013 y vive en Nuseirat, ha explicado que «el día de los ataques» vivió «tres horas de auténtico terror y miedo». «Durante una hora interminable no supe dónde estaba mi hijo mayor. Fui al mercado y, en pocos minutos, se desató el caos. Los minutos parecían horas», ha indicado.

Allí, «oía ruidos de misiles y explosiones por todas partes»: «No sabíamos qué estaba pasando. Todo el mundo gritaba y huía en todas direcciones. Podíamos oír las sirenas de las ambulancias. Parecía el fin del mundo», ha descrito. Una hora más tarde, su hijo llegó a casa diciendo que la gente había «volado en pedazos».

Después, fue al Hospital Al Awda, en Deir al Balá, y vio a «decenas y decenas de personas tendidas en el suelo», algunas muertas y otras heridas, cuando llegó una ambulancia con más víctimas. «Decenas de personas murieron. No tuvimos tiempo de enterrarlas. Muchos eran mis vecinos, amigos o parientes (…) La lista es demasiado larga y nunca volveré a ver a ninguno de ellos», ha expresado.

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