Los peritos creen que el acusado del crimen de Santovenia «sabía lo que estaba haciendo»

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Valladolid, 7 jun (EFE).- Pablo Antonio S.H., conocido como El Chiqui, acusado de asesinar con un fusil a un vecino y al que fuera jefe de la Unidad Especial de la Guardia Civil el 1 de julio de 2022, no sufría «ninguna afectación» de las capacidades volitivas ni cognitivas cuando ocurrieron los hechos y «sabía lo que estaba haciendo».

Así lo han manifestado dos peritos en el juicio que se sigue desde el pasado vienes en la Audiencia de Valladolid, por hechos ocurridos la madrugada de aquel 1 de julio en Santovenia de Pisuerga (Valladolid), donde acudió la UEI desde Madrid tras la muerte de un tiro de un vecino del procesado y después de que el acusado se atrincherara en una casa con un rehén.

El encausado no se encontraba bajo los efectos de sustancias tóxicas ni tenía síndrome de abstinencia cuando se desencadenaron los sucesos, han remarcado los dos médicos forenses que efectuaron un reconocimiento al acusado y que no apreciaron en él ni enfermedad mental ni afectación psicopatológica.

Sí han expuesto que vieron en el procesado rasgos de personalidad antisocial, que se traducen en agresividad, y observaron antecedentes de consumo de sustancias tóxicas aunque el acusado les refirió que ya no consumía y que no se acordaba de qué medicación estaba tomando -al parecer se trataba de ansiolíticos-.

«No hay afectación ni de capacidades cognitivas ni volitivas, ni síndrome de abstinencia. Actúa con plena conexión con la realidad» en el momento de los hechos, han resumido los dos peritos.

Los dos han expuesto que el acusado, que en una sesión anterior reconoció haber disparado a las dos personas a las que causó la muerte, que «sabía perfectamente lo que estaba haciendo».

Han puesto como ejemplo de la capacidad de discernir que el procesado les relató que no mató al hijo del vecino al que disparó porque no quiso y, si hubiera querido, lo hubiera hecho.

Durante la sexta sesión de la vista oral también ha declarado un guardia civil que realizó un informe de catalogación del arma empleada para cometer los dos crímenes y dos especialistas en balística.

El primero ha explicado que el arma en cuestión es un rifle de cerrojo que dentro del reglamento de armas se usa para la caza mayor.

Los segundos han especificado que es Mauser modelo Oviedo 1916, que originalmente se usó para el ejército y que tiene una potencia destructiva amplia o elevada, que se encuentra en perfecto estado de funcionamiento y que presenta parcialmente borrado el número de serie.

Han señalado, no obstante que no es habitual que esos números desaparezcan por el uso pero no han podido certificar si se eliminaron de forma intencionada.

Provisionalmente, la Fiscalía considera los hechos un delito de asesinato por el que pide veinte años, otro de tentativa de asesinato por el que reclama ocho años de prisión-, un delito de secuestro, por el que pide cuatro años, y otro delito de asesinato en concurso ideal con un delito de atentado por el que solicita 24 años de cárcel.

Por tenencia ilícita de armas, la acusación pública demanda dos años de prisión mientras, entre las peticiones de las acusaciones particulares y popular, figura como la más alta la demanda de penas que en total suman 84 años de cárcel. EFE

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