Barcelona, 29 may (EFE).- La defensa del neonazi Pedro Varela, que afronta hasta 12 años de prisión por propagar discursos de odio, ha apelado en la última sesión del juicio a la libertad de expresión y ha justificado que vendiera publicaciones nazis en la librería Europa alegando que el establecimiento era «plural».
En la sección sexta de la Audiencia de Barcelona ha quedado visto para sentencia este miércoles el juicio contra el histórico neonazi, quien entre 1978 y 1993 presidió el Círculo de Amigos de Europa (CEDADE), germen del movimiento neonazi en España que fue muy activo en los años 80, cuando inició una intensa actividad -también internacional- para editar y divulgar ideas revisionistas y del Tercer Reich.
La justicia lleva décadas persiguiendo las actividades de Pedro Varela, principalmente a través de la Asociación Cultural Editorial Ojeda que explotaba la librería Europa de Barcelona, clausurada cautelarmente en 2016 pero cuyo cierre definitivo pide la Fiscalía, al considerarlo uno de los principales centros europeos de divulgación de la ideología nazi, no solo por los libros que vendía sino también por las conferencias que organizaba.
En los informes finales del juicio, que ha sentado en el banquillo a Varela junto a cinco de sus supuestos colaboradores, su abogado, Luis Gómez, ha pedido la absolución para el librero, quien ya acumula tres condenas previas por delitos de odio, de todos los cargos.
El abogado ha reiterado que la pasión de su cliente era «vender libros» y que el establecimiento presentaba una variedad de obras, descripción totalmente alejada de la «temática unidireccional» que le otorgó la acusación en sesiones anteriores.
Asimismo, ha dicho no entender por qué el ministerio fiscal diferencia a la librería Europa de otros establecimientos que vendían los libros investigados, ni por qué considera que unos pueden vender dichas publicaciones y otros no.
En la sesión del martes, la Fiscalía dio por probado que la librería era un «referente» en la difusión del nazismo y que a las conferencias que organizaban acudían personas de grupos violentos de ultraderecha.
En respuesta a la acusación del ministerio público de la difusión «masiva» de discursos de odio, los letrados de los acusados han señalado que no se puede acreditar la cantidad de personas que acudían a la librería Europa, y que, según los informes policiales, en las dos conferencias que se investigaron, la de Ernesto Milà y la de Jorge Olmedo Cantalapiedra, tan solo había 31 y 28 personas respectivamente, con el presentador y el ponente incluidos.
Durante su intervención, el letrado también ha aprovechado para denunciar la «obsesión» por juzgar a su cliente por delitos pasados y sus circunstancias personales, y no por los hechos en sí, que dice es lo que debería interesar a la Fiscalía.
En este sentido, la defensa ha señalado que hay casos parecidos con «conductas idénticas» pero diferentes sujetos a juzgar que han recibido «distintas respuestas penales» que su cliente, al que se «juzga continuamente».
En esta causa además de Pedro Varela hay otros cuatro procesados para los que la Fiscalía pide hasta 8 años de prisión por su participación directa en la difusión de los libros y en la actividad de la librería y la asociación.
Las defensas han pedido la absolución de todos ellos, y en caso de condena, la aplicación de la atenuante de dilaciones indebidas, por la duración del proceso judicial, y eximentes tales como el de error invencible.
Al finalizar las conclusiones, Pedro Varela ha sido el único procesado en hacer uso de la última palabra, momento en el que ha dicho que reitera su convicción de que ni en el presente, ni en el pasado ni en el futuro -eso espera- haya «albergado odio de ningún tipo hacia ninguna persona».
Además, los cuatro letrados que representan a los acusados han señalado irregularidades en la investigación e incluso han pedido la nulidad de las actuaciones al considerar que no se garantizó la igualdad de trato de todos los españoles ante la ley.
En este sentido, el abogado de Pedro Varela ha apuntado que fue un proceso «parcial» en el que se tomaron «decisiones arbitrarias» y en el que se buscó señalar a su cliente.
Asimismo, la defensa de otro de los acusados ha subrayado que su cliente también ha recibido un trato sesgado porque se le juzga por formar parte del «entorno de amistades de Pedro Varela» y no por su implicación en hechos delictivos, puesto que entiende que la investigación se ha «exagerado» y «sobredimensionado», al acusarle de editar prácticamente la totalidad de libros investigados. EFE
csv/rg/oli
