La Haya, 31 may (EFE).- Al menos seis empleados de empresas activas en el Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam han sido detenidos por las autoridades neerlandesas acusados de tráfico internacional de cocaína como “intermediarios” para sacar la droga del aeródromo o para realizar “actos preparatorios” de la introducción de los cargamentos en Países Bajos.
La gendarmería neerlandesa (Marechaussee) anunció este viernes la detención “en los últimos meses” de un total de seis sospechosos “por su implicación en el tráfico internacional de drogas” y explicó que se les acusa de “introducir cargamentos de cocaína a través de Schiphol o de realizar actos preparatorios para ello”.
Los sospechosos son seis hombres de entre 32 y 51 años, naturales de diferentes ciudades neerlandesas, y que, según la Fiscalía neerlandesa, “formaban una organización criminal” dedicada al narcotráfico a través del aeropuerto.
“Trabajaban en el sector logístico, de transporte y de entrega de paquetes en empresas dentro y alrededor del aeropuerto. En la investigación se registraron varias viviendas, locales comerciales y vehículos y se confiscaron, entre otras cosas, documentos, teléfonos, vehículos, una pistola paralizante y aproximadamente 124.000 euros en efectivo y criptomonedas”, dijo la gendarmería.
El equipo de investigación recibió información sobre el tráfico de cocaína en palés de madera procedentes de Surinam, lo que dio pie a la apertura del caso y la identificación de un empleado como “intermediario en el aeropuerto” que recibía solicitudes para introducir cocaína a través de Schiphol.
Otro exempleado actuaba como enlace entre el intermediario, los recolectores y los conductores que debían distribuir los cargamentos al resto de Países Bajos.
La investigación continúa abierta. En el aeropuerto trabajan unas 60.000 personas, con pases que les permiten acceder más allá de los controles de seguridad, pero son igualmente sometidas a estrictos controles.
El crimen organizado ha incrementado en los últimos años su presión sobre los funcionarios de los puertos y aeropuertos neerlandeses, a quienes trata de convencer con sobornos o chantajes para que cooperen con actividades vinculadas al narcotráfico. EFE
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