Ankara, 10 may (EFE).- Numerosas escuelas de Turquía permanecen cerradas este viernes debido una huelga de docentes contra el aumento de la violencia en los centros educativos, convocada tras el reciente asesinato de un director de colegio a manos de un alumno.
Siete sindicatos de la enseñanza han convocado el paro laboral, que tiene un amplio seguimiento, hasta el punto de que algunos colegios no han celebrado ninguna clase ni han admitido a los pocos alumnos que se presentaron por la mañana, como pudo comprobar EFE.
En numerosas provincias del país tuvieron lugar marchas y manifestaciones de protesta, mientras que el seguimiento de la huelga ha sido «masivo», aseguró a EFE en conversación telefónica Ayse Urkaya, directiva del sindicato de la enseñanza Anadolu.
La huelga es una respuesta al homicidio de Ibrahim Okutgan, de 74 años, director de un colegio en Estambul asesinado a tiros en su despacho el martes pasado por un alumno de 17 años, que había sido expulsado del centro cinco meses antes.
«El asesinato de Okutgan es la gota que ha desbordado el vaso. Afrontamos una violencia en los colegios que aumenta día tras día, aparte de trabajar en condiciones duras y con bajos salarios», explicó Urkaya.
Una declaración firmada por tres de los sindicatos convocantes acusa al Ministerio de Educación de haber contribuido a favorecer un ambiente más violento al «desprestigiar» y «pisotear» el oficio del maestro, subiendo la carga de trabajo pero sin adoptar medidas para solucionar y mitigar conflictos sociales en las escuelas.
En lugar de buscar mecanismos para la resolución de conflictos entre padres, alumnos, profesores y administrativos, el Gobierno únicamente ofrece una aplicación que permite a la ciudadanía elevar quejas directamente a un organismo de la Presidencia, denuncia el manifiesto sindical.
El asesinato de Okutgan tuvo lugar pocos días después de que, en Ankara, otro estudiante de 17 años hiriera al vicedirector de su colegio clavándole un puñal en la pierna porque éste había informado a sus padres de que el chico llevaba cigarrillos a clase.
Estos casos atizaron la indignación de la opinión pública, alarmada ya desde hace meses por otros incidentes violentos, como el de un padre que agredió a dos profesoras a puñetazos tras un altercado sobre la hora en la que podía dejar al niño en clase.
Los medios locales informan también de quejas sobre actitudes violentas de profesores hacia alumnos.
Hasta el momento, no se han divulgado datos ni estudios sobre los niveles de violencia que se registran hoy día en las aulas turcas.
En las redes sociales, algunos nacionalistas han destacado que el alumno que mató a Okutgan era de origen iraquí, vinculando el aumento de la violencia a la presencia de más de un millón de alumnos refugiados (la gran mayoría sirios) en los colegios turcos.
Sin embargo, el sindicato Egitim-Sen ha subrayado, en un manifiesto, que «el origen del alumno no tiene nada que ver» con el crimen.
El ministro de Educación, Yuisuf Tekin, se reunió la víspera (jueves) con delegados de cuatro sindicatos, prometiéndoles que presentará al Parlamento «en los próximos días» una reforma legal que entre otras medidas prevé aumentar en un 50 % las penas previstas para agresiones contra personal de la enseñanza. EFE
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