La nueva era de la terapia cognitivo-conductual cuenta ahora con innovadores chatbots de IA. (Freepik)
Los avances en la inteligencia artificial (IA) están marcando un antes y un después en el campo de la psicoterapia digital. Los chatbots de salud mental, impulsados por modelos de lenguaje avanzados, están emergiendo como herramientas prometedoras que, pese a sus limitaciones, ofrecen una nueva vía de acceso al cuidado y manejos de condiciones como la ansiedad y la depresión.
Olga Troyanskaya, profesora de ciencias de la computación y experta en IA en la Universidad de Princeton, asegura que “hay una necesidad enorme de innovación en la atención de la salud mental”, teniendo en cuenta que en los Estados Unidos, aproximadamente 60 millones de personas padecen de alguna condición de salud mental, según datos del Instituto Nacional de Salud Mental, citados por The Wall Street Journal.
Esta cifra, que representa cerca de uno de cada cinco adultos en Estados Unidos, demuestra la importancia crítica de expandir el acceso al cuidado de la salud mental, especialmente en las zonas donde la escasez de profesionales agrava la situación.
En Estados Unidos, aproximadamente 60 millones de personas sufren de alguna condición de salud mental. (Ibero León)
Aunque es enfática en la importancia de equilibrar el entusiasmo por estas nuevas tecnologías, que si bien prometen ser complementos valiosos en la terapia cognitivo-conductual y en la elevación del estado de ánimo, aún no pueden reemplazar la sensibilidad y personalización que un terapeuta humano ofrece.
A pesar de las limitaciones, expertos reconocen el potencial de los chatbots y la inteligencia artificial en roles de apoyo dentro del cuidado de la salud mental. Investigaciones indican que estos pueden ser útiles para ayudar a las personas a determinar si necesitan atención profesional y para conectarlas con los recursos adecuados. Además, han mostrado ser eficaces en mejorar el estado de ánimo de los usuarios y en la práctica de habilidades enseñadas en la terapia cognitivo-conductual.
Ya es una realidad
Mental Health America, una organización sin fines de lucro, desarrolló una herramienta digital que promete ayudar a las personas a lidiar con sus pensamientos negativos a través de la técnica de la reestructuración cognitiva. Esta técnica consiste en ayudar a los individuos a reconocer que la forma en que ven una situación, y no solo lo que está sucediendo objetivamente, tiene un impacto en sus emociones.
Theresa Nguyen, trabajadora social clínica y directora de investigación de Mental Health America, ha colaborado con Tim Althoff, profesor asistente de ciencias de la computación e ingeniería en la Universidad de Washington en Seattle, para desarrollar este recurso, el cual ya ha demostrado ser efectivo en el alivio de síntomas de ansiedad y depresión.
La escasez de profesionales en salud mental agudiza la necesidad de alternativas digitales en áreas poco atendidas. (Imagen ilustrativa Infobae)
La herramienta, accesible a través del sitio web de Mental Health America, guía a las personas a través del proceso de reestructuración cognitiva, ofreciendo sugerencias sobre cómo podrían cambiar sus pensamientos negativos. “Mi objetivo es reducir la angustia en ese tiempo mientras las personas intentan obtener atención, y prepararlas para la terapia con herramientas para que obtengan más beneficio cuando comiencen”, afirma Nguyen.
Los estudios realizados por los investigadores han arrojado resultados prometedores, indicando que los usuarios encuentran la herramienta útil para practicar la reestructuración cognitiva y reportan sentir menos ansiedad después de su uso.
Mientras tanto, otro caso de éxito se alza en el Reino Unido, donde un chatbot desarrollado por Limbic facilita un servicio de triage para el programa de Terapias Conversacionales del Servicio Nacional de Salud, orientando a los usuarios hacia el recurso de salud mental adecuado.
Mona Stylianou, principal responsable clínica de Everyturn Mental Health, una organización sin ánimo de lucro que presta atención a pacientes a través del NHS, destaca cómo esta herramienta ha mejorado el acceso de los pacientes al tratamiento, permitiendo una autoevaluación y referencia personalizada las 24 horas del día: “pueden acceder rápida y fácilmente a la ayuda que necesitan”, dijo Stylianou al Wall Street Journal. “Esto, a su vez, ha mejorado los tiempos de espera de nuestros pacientes y les permite obtener rápidamente la ayuda adecuada”.
Herramientas digitales de salud mental, como los chatbots, muestran resultados prometedores en la mejora del ánimo y habilidades cognitivas. (Luka, Inc./REUTERS) (LUKA, INC./)
Aún queda mucho por explorar
Sin embargo, la eficacia de estas tecnologías no está exenta de preocupaciones. Los expertos advierten sobre la necesidad de regulaciones y estudios de alta calidad para evaluar su seguridad y eficacia. La preocupación clave radica en el uso de tecnología no probada por personas en crisis, donde el consejo erróneo de un chatbot podría tener consecuencias nefastas. Por ello, los expertos insisten en la importancia de integrar estas tecnologías con un enfoque humano y supervisión profesional.
La preocupación por la capacidad de los chatbots para atender crisis o proveer una personalización adecuada del tratamiento refleja una de las mayores negativas al depender completamente de la inteligencia artificial para el cuidado de la salud mental. La evidencia sugiere que, aunque los chatbots pueden ofrecer un primer nivel de apoyo o ser herramientas complementarias, la interacción humana sigue siendo insustituible por el momento para tratar afecciones complejas como la ansiedad y la depresión.
Los expertos coinciden en que el futuro de la salud mental podría verse significativamente impactado por la incorporación de tecnologías inteligentes. Sin embargo, el debate continúa sobre cómo y en qué medida deben integrarse estos sistemas en la práctica clínica estándar. La expectativa es que, con el desarrollo continuo de la IA y su aplicación cuidadosa, los chatbots podrán proveer un nivel de apoyo cada vez más eficaz y específico, siempre bajo la supervisión y guía de profesionales de la salud.
