Nairobi, 9 may (EFE).- Una nueva ronda de negociaciones entre el Gobierno de Sudán de Sur y los grupos armados, que no aceptaron el acuerdo de paz alcanzado en 2018 ni su versión «revitalizada» de 2020, empezó este jueves en Nairobi, meses antes de las elecciones previstas en el país para el próximo diciembre.
«Esta reunión marca un momento crucial en un camino histórico, al unir a las partes interesadas comprometidas con poner fin al conflicto y la inestabilidad política en Sudán del Sur», dijo durante la ceremonia de apertura el presidente keniano, William Ruto, cuyo país lidera esta nueva fase de las negociaciones.
Acudieron al evento, celebrado en la State House (sede de la Presidencia keniana), dirigentes de varios países africanos, como los presidentes de Zambia, Hakainde Hichilema; República Centroafricana (RCA), Faustin-Archange Touadéra; y Malaui, Lazarus Chakwera.
Sudán del Sur acudió a Nairobi «para negociar de buena fe y con la mente abierta», afirmó en su intervención el presidente del país, Salva Kiir, al subrayar su esperanza de que las conversaciones «traerán estabilidad y desarrollo económico duraderos no sólo para Sudán del Sur, sino en la región».
Por su lado, Pagan Amum, líder del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM, en inglés), uno de los grupos no firmantes del acuerdo de paz, lamentó que ninguno de los acuerdos ni los gobiernos de transición establecidos hasta ahora han conseguido «llevar a Sudán del Sur hacia la paz».
«A día de hoy, Sudán del Sur está en riesgo de desintegración y de hundirse en el caso y el desorden», alertó Amum, al subrayar que «lo que se requiere ahora es participar en un diálogo nacional y construir un consenso de nación».
Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en 2011, cayó en una guerra civil dos años después, en la que se estima que murieron unas 400.000 personas.
Aunque un acuerdo de paz entre el Gobierno y la oposición puso fin al conflicto en 2018, la violencia, sobre todo intercomunitaria, continúa golpeando al país.
En 2020, se firmó en Roma una declaración bajo los auspicios del Vaticano (los líderes sursudaneses son cristianos), que incluyó también a los grupos no firmantes del acuerdo original, al establecer su participación en los mecanismos de vigilancia del alto el fuego.
Sin embargo, los enfrentamientos han impedido que ese nuevo pacto se implementara.
Una iniciativa de diálogo impulsada por la Iglesia Católica para mediar entre el Gobierno y quienes rechazaban el acuerdo de Roma se paralizó en agosto de 2021 debido a la muerte de dos monjas en una emboscada, de la que se responsabilizó a uno de los movimientos rebeldes sursudaneses.
La visita del Papa Francisco al país en febrero de 2023 hizo que se relanzara el proceso pero la falta de avances llevó a Kiir a pedir al presidente keniano el pasado diciembre que tomara las riendas.
Los retrasos en la aplicación del acuerdo de paz han supuesto la extensión en varias ocasiones de un proceso de transición hacia unas elecciones democráticas que iba a culminar en 2021, pero que posteriormente se amplió hasta diciembre de 2024. EFE
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