Al menos cinco personas han muerto, dos han resultado heridas y un número aún por determinar se encuentra en paradero desconocido tras colapsar una mina de oro en el norte de Kenia, ha informado la agencia de noticias del país (KNA).
El incidente se ha producido en los campos mineros prohibidos de Hillo, en el condado de Marsabit. Allí, el comisario interino David Saruni ha confirmado que, además de los cinco fallecidos, otros dos mineros han resultado gravemente heridos, requiriendo tratamiento médico tras ser rescatados, y que al menos una persona más está atrapada entre los escombros de la mina derrumbada.
Tras el accidente, el comisario de la región oriental, Paul Rotich, ha asegurado en declaraciones a la KNA que ya se han iniciado «investigaciones exhaustivas» para esclarecer las circunstancias del derrumbe y ha agregado que «se tomarían medidas severas contra los culpables».
«El Gobierno prohibió las actividades mineras porque eran ilegales y por motivos de seguridad», ha señalado el comisionado regional, que se ha mostrado preocupado porque «los funcionarios encargados de implementar las directivas gubernamentales decidieron abdicar de su deber por razones obvias».
Las minas en cuestión, recuerda la agencia, fueron clausuradas a mediados del pasado marzo y desde ese momento pasaron a ser áreas para las operaciones y el personal de seguridad allí desplegado, contando con prohibiciones firmes de acceso a cualquier persona no autorizada. Días más tarde, Rotich advirtió de que cualquier incumplimiento de la decisión tomada traería consigo «nefastas consecuencias».