El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales defendió su inocencia en la acusación de agresión sexual a la futbolista Jenni Hermoso, después de la consecución del pasado Mundial, con un beso que insistió en que fue consentido y negando también el delito de «coacción».
«Quien vea las imágenes, no puedo entender que alguien piense que eso es una agresión sexual. La señora Hermoso dijo que había una relación de amistad. Un agresor no pregunta, sexual no había nada. Ella me dice ‘vale’. Que cada uno opine», dijo este miércoles en una entrevista al programa ‘El Objetivo’ en laSexta, grabada el martes en Punta Cana, recogida por Europa Press.
Rubiales, que en otro orden de las cosas negó también las acusaciones de corrupción en su gestión que se filtran de las investigaciones de la Guardia Civil, señaló al cambio de versión de Hermoso tras el beso en la boca que le dio durante la ceremonia de medallas en la final de Sídney, el pasado verano.
«Ella misma salió de manera inmediata a decir que no había nada. La señora Hermoso cambió su versión por determinadas presiones. Al día siguiente de aterrizar, volvimos a hablar con FIFA. Yo hablé 10 segundos con Hermoso en el avión, si eso es coacción, cualquier cosa es coacción», afirmó un Rubiales que volvió a España este miércoles, esperado por la Guardia Civil a su llegada a Barajas.
El expresidente de la RFEF apuntó además que la internacional española actuó de manera «manipuladora». «Su manera de calificar mis palabras es manipuladora. Yo he verificado que ella da una opinión, que no hay nada, y a los días da otra versión por escrito. Después hay una denuncia de la Fiscalía, sin una notificación», dijo.
«El que no ha tenido vida y se ha quedado en la calle soy yo. Mis hijas también lo tienen claro, que escucharon a Hermoso decir ‘es un beso entre amigos'», apuntó, antes de negar también el delito de «coacción». «Eso es falso. Nadie va a poder demostrar que nadie de la Federación coaccionó. Si acaso trataron de hablar para ayudar para salir los dos juntos a decir lo mismo», afirmó.
«Para mí no hay delito. Le hice la pregunta y ella me dijo ‘vale’, es mi versión y la de ella nada más terminar el partido. Se ha calado que hay una persecución brutal contra mí y que hay gente que por estar cerca mía le está afectando», afirmó.
Por otro lado, Rubiales reconoció, como en su día, que su actuación no fue apropiada, pero defendió su misma efusividad cuando se trató de la selección masculina. «Pedí perdón porque en una entrega de medallas, a Vilda también le intento dar un beso. Cuando ganamos la Liga de Naciones di besos a todos los jugadores, a Alba por el cuello. Mi relación con Hermoso es de años atrás, de futbolista a futbolista. No fue apropiado y lo reconocí, tenía que haber sido más frío e institucional», dijo.
«También les di picos a mis hijas y no las he agredido sexualmente. Lo radical es malo. Lo que está haciendo es que cuando hay dos opiniones, unos radicales le dan la razón a una mujer»,
Por otro lado, Rubiales habló de las quejas de las jugadoras hacia el exseleccionador Jorge Vilda. «Lo que querían era que me cargara a Vilda, sin motivo, porque no llegaba el mensaje, porque estaban cansadas de él. Las tres capitanas, Guijarro, Paredes y Putellas, me pidieron la cabeza de Vilda», apuntó.