Aficionados del PSG durante el partido de Ligue 1 ante el Clermont (REUTERS). (Stephanie Lecocq/)
Desde que la bola del PSG y la del Barcelona convergieron en el sorteo de cuartos de final de Champions, el morbo cercó el partido. Con Mbappé amenazando -de nuevo- al conjunto culé, la presencia de Luis Enrique en el banquillo galo, las tiranteces entre directivas por los fichajes de Messi y, especialmente, Neymar… Demasiados intangibles dentro de un caldo de cautivo que ha entrado en combustión este sábado, cuando los ultras del PSG, Collectif Ultras, comenzaron a jugar el partido desde la grada.
Realizaron un comunicado tildando de “despreciable” al conjunto catalán, al que consideran favorecido por los árbitros y arengando a todos los aficionados a que animen como nunca para hacer del estadio un ambiente hostil. “El miércoles nuestro equipo se enfrenta al FC Barcelona. Para nosotros, el partido comenzó ayer después del pitido final contra el Clermont. Nuestro papel será primordial y pedimos una movilización total de cada uno”, comienza el comunicado. “Estemos unidos como uno solo para animar a los nuestros. Usemos la tónica roja y azul, vayamos pronto al estadio y hagamos temblar a nuestro rival lo antes posible desde que entren a realizar el calentamiento”, continúa.
“Este despreciable Barcelona, tantas veces favorecido por el arbitraje, debe sentirse más que en un territorio hostil. Es nuestro deber hacer del Parque de los Príncipes una fortaleza aterradora para el rival y para que nuestro equipo sea inexpugnable. De este equipo, que nos gusta su mentalidad guerrera y solidaria, debe sentir a gente determinada en la grada. Dirigentes, jugadores, staff, hinchas y ultras todos juntos por nuestro club, PARIS SAINT GERMAIN (…) Encendamos nuestro legendario Parque de los Príncipes, seamos despiadados. Nuestro único objetivo es la victoria y cada uno debe desempeñar su rol a fondo. Juntos somos invencibles”, finaliza.
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A España no le da para la nueva Champions
Lo que era un secreto a voces se convirtió en realidad hace poco menos de dos semanas, cuando la Champions anunció en sus redes sociales la medida con la que espera frenar la todavía viva Superliga. El nuevo formato -que entra en vigor el próximo curso- está basado en el sistema suizo y su clasificación sigue supedita a “méritos deportivos”. Algo en lo que hace hincapié la UEFA en el video de presentación con el que lanza un dardo a la Superliga, ya que la meritocracia es uno de los aspectos más cuestionados por los aficionados. La nueva Champions pasará de 32 a 36 clubes participantes. Estas cuatro plazas se conseguirán de diferentes formas.
Una va a parar a la Ruta de Campeones de la última ronda previa; otra irá para el tercer clasificado de la quinta liga en el ranking UEFA, en estos momentos Francia. Las restantes irán a parar a las dos federaciones con mejores resultados en competiciones europeas del año anterior. Los resultados de esta temporada ya van a contar para la temporada 2024-25, por lo que el quinto de La Liga podría participar en la Champions de la siguiente temporada, en el caso de que los conjuntos españoles logren grandes resultados en Europa y mejoren el coeficiente UEFA, hecho que no está sucediendo.
Ni siquiera pese a la remontada del Atlético y la victoria del Barcelona ante el Nápoles. Ambos equipos se unen al Real Madrid como miembros de la Triple Entente española presente en los cuartos de final de Champions, pero no salvan la quema por completo. El desastroso papel de Osasuna -eliminado en la fase previa-, Sevilla -fase de grupos de la Copa de Europa-, Betis -ante el Dinamo de Zagreb- y Real Sociedad -contra el PSG en octavos- hicieron explotar las calculadoras. Más todavía tras el irreversible 4-0 encajado por el Villarreal ante el Marsella que acabó suponiendo la eliminación al Submarino Amarillo.