Ginebra, 13 may (EFE).- Delegaciones de los gobiernos de China y Estados Unidos se reúnen este martes en Ginebra para analizar por primera vez de forma bilateral los desafíos que presenta la inteligencia artificial (IA), campo en el que compañías de ambos países están liderando la investigación global.
El encuentro, indicaron fuentes diplomáticas estadounidenses, se celebrará a puerta cerrada y no ha trascendido quién encabezará la delegación china, mientras que por parte de EEUU el diálogo será liderado por el director de Tecnología y Seguridad Nacional, Tarun Chhabra, y por el enviado especial en funciones del Departamento de Estado para tecnologías críticas y emergentes, Seth Center.
Las conversaciones para analizar los riesgos y desafíos de la seguridad que genera esta nueva tecnología son consecuencia de la cumbre que los presidentes de ambos países, Joe Biden y Xi Jinping, mantuvieron en noviembre del año pasado en San Francisco (EEUU), donde ambas partes acordaron la necesidad de afrontar esta cuestión.
«EEUU y China intercambiarán puntos de vista sobre cómo los dos gobiernos entienden los riesgos de los sistemas avanzados de IA y buscan afrontarlos», señaló este lunes la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Adrienne Watson.
Desde la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, se apuntó a la prensa que la conversación con Pekín no está centrada en promover algún tipo de cooperación técnica o de investigación sobre esta tecnología.
Los gigantes tecnológicos de ambos países, como Google, Microsoft, Alibaba o Tencent, tienen divisiones especializadas en el desarrollo de esta tecnología basada en avances que permitan a una máquina o software el aprendizaje automático, aunque en EEUU también hay empresas emergentes que han destacado a nivel internacional, como OpenAI y su famoso programa conversacional ChatGPT.
Aunque ambos países compiten por fijar las reglas asociadas a la inteligencia artificial, también buscan posibilidades de consenso en este sector, visto con gran esperanza por empresarios pero cuyas consecuencias futuras aún generan gran incertidumbre entre sociólogos, expertos en tecnología o economistas. EFE
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