Las autoridades de Gaza han denunciado este martes de madrugada un ataque del Ejército de Israel contra un edificio gubernamental del municipio de Maghazi, que se ha saldado con la vida del alcalde, Hatem Salé al Gamri.
La Oficina de Medios del Gobierno gazatí, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), ha señalado que «el asesinato del alcalde de Maghazi por parte del Ejército de ocupación israelí se considera un crimen de guerra destinado a crear un estado de caos y duplicar la crisis humanitaria».
«Israel ha cometido el cobarde asesinato de Al Gamri, junto con un grupo de civiles, bombardeando de forma directa y sin previo aviso el edificio del Consejo de Servicios Conjuntos de los municipios de la región central. Esta masacre es considerada un crimen de guerra. El Derecho Internacional otorga inmunidad y protección a figuras civiles», reza un comunicado.
Asimismo, ha agregado que «este crimen también es considerado un nuevo episodio de los crímenes de la ocupación contra el pueblo palestino, que ha afectado a todos los sectores de manera deliberada y planificada previamente».
«Este cobarde asesinato se encuentra en el marco de la guerra genocida cometida por la ocupación israelí contra civiles en la Franja, y apunta al estado de impotencia y confusión al atacar a civiles de manera específica e intencional», ha agregado, antes de denunciar que tratan de impedir proporcionar servicios municipales a los ciudadanos.
Por último, ha «denunciado y condenado en los términos más enérgicos» a las Fuerzas Armadas israelíes y ha responsabilizado «plenamente» a la Administración estadounidense, a la comunidad internacional y a Israel.
El campo de refugiados de Maghazi, situado en el centro de la Franja, fue establecido en 1949 con la finalidad de acoger a 9.000 refugiados que tuvieron que huir de sus ciudades en el centro y sur de Palestina. No obstante, el campamento, que no cuenta con sistema de desagüe, ha llegado a registrar 24.000 personas refugiadas.
El Ejército israelí inició una ofensiva contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en respuesta a sus ataques del pasado 7 de octubre, que dejaron 1.200 muertos y 240 rehenes. Desde entonces, las autoridades palestinas han notificado la muerte de más de 33.200 personas, a las que se suman alrededor de 440 palestinos en Cisjordania y en Jerusalén Este por las acciones de las fuerzas de seguridad y de colonos israelíes.