La representante de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, ha criticado la «falta de atención» internacional a la grave crisis humanitaria que vive Sudán, una de las peores en todo el planeta y que se ha visto agravada por los combates entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que ya ha dejado millones desplazados y decenas de miles de muertos.
«Quiero hablar de la falta de cuidado, de atención, que el mundo ha prestado a Sudán. Apenas cinco años después de una revolución que ofreció un atisbo de un Sudán libre, pacífico y democrático, la gente está perdiendo la esperanza. Los trabajadores humanitarios han empezado a llamar a este conflicto la guerra olvidada. Los niños sudaneses se preguntan por qué el mundo se ha olvidado de ellos», ha declarado Thomas-Greenfield durante una rueda de prensa.
Tras ello, ha pedido financiar las misiones humanitarias en el país, que están enfrentándose a grandes dificultades por la falta de dinero, y ha recordado que «más de 200.000 niños más podrían morir de hambre» en los próximos meses.
La diplomática estadounidense también ha cargado contra ambos bandos por «socavar» de forma «sistemática» la labor de los trabajadores humanitarios, llegando incluso a impedir el flujo de ayuda desde Chad.
«Más que la falta de ayuda, se ha impedido sistemáticamente a los trabajadores humanitarios entregar ayuda a los necesitados. Desde el principio, personas valientes han estado sobre el terreno, a menudo arriesgando sus vidas, para salvar a la población de Sudán. Pero a cada paso, los combatientes de ambas partes de la guerra han socavado su labor», ha expresado.
En ese sentido, ha pedido intervenir al Consejo de Seguridad para garantizar la entrega y distribución de asistencia en caso de que el Ejército siga impidiendo estos movimientos, y es que casi 25 millones de sudaneses se encuentran en situación de extrema necesidad, de los que un 75 por ciento se enfrenta a la inseguridad alimentaria.
A todo ello se suman que más de ocho millones de personas se han convertido en desplazados o refugiados ante las matanzas a manos de ambos bandos, que se enfrentan también a brotes de cólera.
Sin embargo, ha destacado los informes sobre los crímenes de las RSF, entre los que hay «asesinatos en masa, niñas vendidas como esclavas sexuales, niños convertidos en soldados, zonas urbanas destruidas por armas de guerra y pueblos enteros reducidos a cenizas», razón por la que ha instado a dejar de enviar armas al país.
Respecto a las negociaciones, ha pedido seguir insistiendo a las RSF y al Ejército a poner fin a los combates y a que vuelvan a la mesa de negociaciones, aunque el Ejército sudanés aseguró recientemente que continuaría con los combates «hasta que el último rebelde y traidor sea expulsado».
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como una organización terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.