Al menos una persona ha muerto y varias han resultado heridas durante la represión talibán de una serie de protestas que comenzaron el viernes en al menos dos localidades de la provincia de Badajsán, en el noreste de Afganistán, originadas en la prohibición dictada por el movimiento extremista al cultivo de opio, una fuente imprescindible de ingresos para algunas de las comunidades más pobres del país.
Las protestas han ocurrido en los municipios de Argu y Darayem, lugar este último, concretamente en la aldea de Qarluq, donde los talibán mataron a una persona e hirieron a varias más para dispersar la manifestación, según ha reconocido el Ministerio del Interior talibán, que ha comenzado una investigación al respecto.
El conflicto se inserta dentro de la tensión étnica reinante en el norte y el noreste de Afganistán, donde hay poblaciones tayikas que han manifestado su rechazo al dominio talibán, así como a la etnia pastún que representan, que describen como una opresión sistemática.
En las últimas horas, el movimiento integrista tayiko Jamiati Islami ha condenado, a través de un comunicado publicado en su cuenta de la red social X, «los ataques, los asesinatos, el comportamiento insultante y la represión del pueblo de la provincia de Badajsán por parte del grupo talibán».
«Este grupo no tiene nada que ofrecer más que destrucción, asesinatos, anticiencia y hostilidad hacia la identidad y la cultura de nuestro pueblo», añade la organización, fundada por el expresidente del país Burhanuddin Rabbani, uno de los mayores enemigos históricos de los talibán, muerto en un atentado suicida en 2011.
La prohibición del cultivo de opio fue dictada en 2022 por el líder de los talibán, el mulá Hibatulá Ajundzadá, a costa de un enorme impacto en la economía nacional. Según estimaciones del Banco Mundial, los recolectores del país han perdido desde entonces unos 1.200 millones de euros, un 8 por ciento del PIB de un país donde la mitad de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
En medio de esta crisis, el portavoz principal del movimiento talibán, el viceministro de Información Zabiulá Muyahid, ha anunciado el nombramiento de una delegación encabezada por el principal comandante de las fuerzas de seguridad talibán, Fasihudin Fitra, para investigar lo ocurrido.
Muyahid, quien ha reconocido los «lamentables» incidentes de los últimos días, ha acusado no obstante a «grupos de delincuentes» que intentaban atacar a las fuerzas talibán dedicadas a la erradicación de los campos de opio de Badajsán y ha subrayado que el decreto que prohíbe el cultivo de la adormidera se extiende a todas las regiones «sin excepción», recoge el comunicado oficial publicado por la cadena Amu TV.