La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, ha anunciado que tratará de vetar la polémica ley de agentes extranjeros, aprobada este martes en el Parlamento y que ha sido duramente criticada por varios sectores opositores al considerarla afín a Rusia, si bien la mayoría gubernamental en el órgano legislativo podrá anular su decisión.
Así lo ha anunciado Zurabishvili durante una entrevista para la cadena estadounidense CNN, donde ha denunciado que la polémica legislación se trata de «una ley rusa» que es «un duplicado exacto» de la que aprobó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hace unos años y que ha servido para «aplastar a la sociedad civil» en el país euroasiático.
El Parlamento de Georgia ha aprobado este martes la polémica ley de agentes extranjeros, con 80 votos a favor y 30 en contra en una pleno que ha tenido quer ser suspendido durante un breve periodo de tiempo a causa de una pelea entre diputados oficialistas y opositores, que más tarde han anunciado un «boicot» a las actividades parlamentarias y han asegurado que no participarán en las sesiones hasta nuevo aviso.
Mientras tanto, las calles de Tiflis, la capital, han vuelto a llenarse de manifestantes contarios a la medida, que denuncian que esta legislación aleja al país de la senda hacia la integración europea. La oficina de la ONU en el país ha expresado su preocupación, mientras que desde la Casa Blanca han advertido de que, en caso de que la norma entre en vigor, Estados Unidos se verá obligado a «reevaluar» su relación con Georgia.
«Veremos lo que hace el Parlamento, pero si esta legislación finalmente entra en vigor, nos llevará fundamentalmente a reevaluar nuestra relación con Georgia», ha manifestado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, durante su habitual rueda de prensa, donde además ha hecho un llamamiento a la presidenta Zurabishvili a vetar la normativa.
«Estamos muy preocupados por la legislación de agentes extranjeros de Georgia al estilo del Kremlin. Esperamos que la presidenta lo vete», ha aseverado Jean-Pierre, que ha incidido en que la norma «alejará a Georgia de los valores de la Unión Europea y también de la Alianza Atlántica».
Asimismo, la portavoz de la Casa Blanca ha recalcado que parte de la población georgiana ya ha salido a la calle a lo largo de los últimos días, y especialmente a lo largo de la jornada de este martes para, «de forma pacífica» protestar contra la medida. «Este fin de semana hemos visto algunas de las protestas más grandes de la historia de Georgia, con decenas de miles de manifestantes pacíficos», ha dicho.
La normativa, llamada Ley de Transparencia de Influencia Extranjera, es similar a la legislación rusa de «agentes extranjeros», con la que Moscú marca a los críticos contra el Gobierno. La ley obliga a organizaciones, medios de comunicación y entidades similares que reciban al menos un 20 por ciento de su financiación del exterior a registrarse como «agentes que defienden los intereses de fuerzas extranjeras». En caso de no registrarse serán sujetas a multas cuantiosas.
Las autoridades georgianas, que han impulsado esta medida, siguen defendiendo que cumple únicamente el principio de transparencia y que, por ello, mejorará la soberanía y acercará el país a la Unión Europea. Sin embargo, la comunidad internacional ha criticado la ley y ha prometido una «respuesta» al considerar que se trata de un paso hacia el «autoritarismo».
El texto es el mismo que en 2023 aunque con algunas modificaciones y ha provocado numerosas protestas desde el pasado 15 de abril. No obstante, ya el año pasado la oposición y parte de la sociedad se manifestó en contra de esta propuesta legislativa por ser una muestra de simpatía hacia Moscú.