Sevilla, 9 abr (EFE).- Las organizaciones que forman parte de la Mesa Social del Agua de Andalucía han alertado este lunes del exceso de euforia tras las lluvias de las últimas semanas, ya que la sequía se ha aliviado pero se mantiene la escasez, fruto del desequilibrio entre la alta demanda de agua de sectores productivos y los recursos disponibles.
Por ello, han reclamado la aplicación de los planes especiales de sequía y de emergencia municipales para escalonar medidas de reducción de dotaciones, tanto en los estadios iniciales como en la desescalada de la sequía.
Asimismo, han exigido la aplicación de criterios de justicia social en el reparto de dotaciones, de manera que se garantice la supervivencia de la agricultura familiar y profesional y se palíen los efectos de la destrucción de empleo derivados de la sequía Sevilla.
En un comunicado esta mesa, en la que participan los sindicatos, Facua y UPA, entre otras organizaciones sociales, reconocen que las precipitaciones de marzo han traído un cierto alivio a la grave situación de sequía que atraviesa Andalucía, pero advierten de que estas lluvias no se han distribuido de manera uniforme por todo el territorio.
En las cuencas del Tinto-Odiel-Piedras y del Guadalquivir, sobre todo en la primera, que afecta a la provincia de Huelva, las lluvias han sido abundantes y han dado lugar a una recuperación significativa de los recursos embalsado.
Sin embargo, en la cuenca del Guadalete-Barbate y en las Mediterráneas andaluzas la precipitación ha sido menor, muy reducida en las zonas más orientales, de manera que las provincias de Cádiz, Málaga, el litoral granadino y Almería no han mejorado e incluso están en peor situación que el año pasado por estás misma fechas.
Por ello, la mesa social del agua considera que «no es momento de lanzar las campanas» al vuelo porque las lluvias no han venido a resolver de manera general la situación de sequía meteorológica y todavía no se han compensado el déficit de precipitación acumulado.
Ha precisado que en que no se puede confundir el fenómeno meteorológico de la sequía, déficit de precipitaciones, con la escasez, que es el desequilibrio entre las altas demandas de agua, especialmente en los sectores productivos (regadío y turismo) y los recursos disponibles.
Ha insistido en la necesidad de elaborar y disponer de Planes Especiales de Sequía (PES), como establecen las leyes de agua estatal y autonómica, ya que, pese a sus deficiencias, el del Guadalquivir ha permitido aplicar escalonadamente medidas de reducción de dotaciones y otras actuaciones desde las primeras etapas de la sequía.
Por el contrario, en las cuencas internas de Andalucía, a pesar de que la Junta ha aprobado sus propios planes, en la práctica no los ha ejecutado y los ha sustituido por la aplicación de una serie de decretos que denota «falta de previsión y que han provocado tomas de decisión bruscas y contradictorias».
Un ejemplo es el caso de la Cuenca Guadalete-Barbate, donde se ha pasado de cero restricciones al anuncio del 75 % de disminución de dotaciones, según esta organización.
De la misma manera, aboga por disponer de planes de emergencia de sequía elaborados de una manera participativa en todas las poblaciones mayores, como mínimo, de 10.000 habitantes, como ordena la Ley andaluza del agua. EFE
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