Iñaki Urdangarín ha estallado. Tras su divorcio de la infanta Cristina a finales de 2024, la retirada de la escolta oficial que todavía mantenía a pesar de no ser miembro de la familia del Rey, y el fin de su condena a 5 años y 10 meses de prisión por el Caso Noos -el pasado 9 de abril- quiere volver a ser «anónimo».
Y así lo revela la revista ‘Semana’ con declaraciones exclusivas que el ex duque de Palma hizo a unos paparazzi que seguían sus pasos en una reciente visita a su hijo Pablo en Barcelona, como han contado en ‘Vamos a ver’: «Estoy divorciado y ya no tengo ninguna condena. Quiero ser una persona normal, con una vida normal y disfrutar de mis hijos y de mi libertad». «Ya no formo parte de eso» explicaba, desmarcándose de su pasado junto a la hermana de Felipe VI.
Una actitud muy diferente a la de la infanta Cristina, que a pesar de su divorcio sigue teniendo una maravillosa relación con la familia de Iñaki. Y lo ha vuelto a demostrar en uno de los últimos partidos de balonmano de su hijo Pablo, al que acudió acompañada por la que todavía considera su suegra, Claire Liebaert, con la que paseó cogida de la mano mientras compartían confidencias.
La exmujer y la madre de Urdangarín han derrochado complicidad y cercanía en las gradas mientras animaban al joven, que se ha convertido en una pieza clave del Fraikin BM Granollers, que en esta ocasión se enfrentó al exquipo del nieto del Rey Juan Carlos, el Barça.
Atenta y cariñosa en todo momento con Claire, doña Cristina demostró que su relación con su exfamilia política continúa siendo muy estrecha, y ni su divorcio ni la nueva vida que Iñaki tiene con Ainhoa Armentia en Vitoria han conseguido distanciarla de los Urdangarín Liebaert.