La Flotilla de la Libertad ha atribuido a movimientos políticos de Israel el «bloqueo» que impide a sus barcos partir desde Turquía rumbo a la Franja de Gaza, si bien ha subrayado su «compromiso» de emprender dicha misión y llevar ayuda humanitaria al enclave palestino.
«No es admisible que Israel se arrogue el derecho de determinar en qué medida, cuándo y por qué medios la ciudadanía del mundo nos relacionamos con Palestina, con Gaza», ha lamentado la ONG Rumbo a Gaza, colaboradora de una flota que espera con 5.500 toneladas de ayuda en el puerto de Estambul.
Según los organizadores, una «oscura táctica» de Israel impidió la salida de la flotilla el 25 de abril, pese a que ya se habría presentado toda la comunicación. En concreto, han denunciado «presiones» a Guinea-Bissau para retirar su bandera del ‘Akdeniz’, lo que derivó en una nueva inspección del buque insignia de este proyecto.
«Es otro ejemplo de cómo Israel obstruye la entrega de ayuda vital a la población de Gaza, que se enfrenta a una hambruna creada deliberadamente, utilizada como arma de guerra», han denunciado, en una nota en la que se preguntan también «cuántos niños y niñas más morirán de desnutrición y deshidratación a causa de este retraso y de un asedio continuo que debe romperse».
Los organizadores trabajan «diligentemente» para salvar los obstáculos y ahora confían en que el ‘Akdeniz’ supere las inspecciones «si no hay una nueva injerencia política», aunque en su nota evitan poner una nueva fecha a la potencial salida. Debido a los sucesivos retrasos, los políticos que apoyaban a la Flotilla como la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, la diputada de Podemos en el Congreso Martina Velarde y el dirigente de los comunes Jaume Asens regresaron la semana pasada a España.