La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha asegurado que las aduanas en Ceuta y Melilla abrirán conforme a lo acordado en la hoja de ruta sellada entre los dos países hace más de dos años, pero no ha querido ofrecer una fecha concreta, a la espera de que se solventen los problemas técnicos que aún tiene el reino alauí.
«Tenemos una hoja de ruta, se han adoptado decisiones y los grupos de trabajo se reúnen y hay muchos elementos técnicos que se tienen que trabajar», ha indicado la embajadora, en declaraciones a Europa Press y ‘El Periódico de España’, tras ser preguntada sobre si ya hay fecha prevista para que la aduana de Melilla, cerrada unilateralmente en 2018 por Rabat, y la de Ceuta, de nueva creación, abran.
Ante el malestar que hay por esta cuestión en ambas ciudades autónomas, en particular en Melilla puesto que ya existía con anterioridad una aduana y no hace falta la creación de una nueva instalación, Benyaich se ha defendido esgrimiendo que «todo tiene un proceso».
«Hay temas más sensibles que otros, donde se tienen que hacer las cosas de la mejor manera para no crear lo que había antes», ha añadido, en referencia a las llamadas porteadoras, una situación que ha calificado de «anacrónica» y «horrible».
Ambos gobiernos han sostenido desde el primer momento que querían el proceso de apertura de las aduanas se realizara de forma ordenada y evitar una vuelta al comercio atípico del pasado, de ahí que para ello se efectuaran tres pruebas piloto en enero, febrero y mayo de 2023.
Durante su visita a Rabat el pasado diciembre, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo que por parte española estaba todo listo pero su homólogo marroquí, Naser Burita, alegó unos problemas técnicos aún por resolver. Este fue el mismo mensaje que le trasladaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando viajó a la capital marroquí para reunirse con Mohamed VI el pasado 21 de febrero.
LA HOJA DE RUTA SE VA A RESPETAR
Con todo, aunque no ha querido dar una fecha concreta, la embajadora ha indicado que se está tratando el asunto a nivel técnico y ha dejado claro que «todo se va a hacer, la hoja de ruta se va a respetar».
Así las cosas, Benyaich ha esgrimido que España y Marruecos están llamados a «llevarse lo mejor posible», habida cuenta de que tan solo les separan 14 kilómetros. En este sentido, ha lamentado que en una región muy inestable, en referencia sobre todo a la situación en el vecino Sahel, se intente presentar a Marruecos siempre como un problema cuando es un «país estable». «¿Quién colabora mejor con España en todos los dominios?», ha recalcado.
La embajadora, que durante la inauguración del foro empresarial sobre las posibilidades de inversión en la región de Dajla-Río de Oro (en el Sáhara Occidental que la ONU considera territorio pendiente de descolonizar) de este martes puso en valor las «excelentes relaciones» con España, ha reconocido que siempre hay margen de mejora.
«A nivel político sólo podemos felicitarnos», ha señalado, subrayando que «las cosas avanzan muy bien, la hoja de ruta se está respetando y los grupos de trabajo se reúnen en función de las necesidades para avanzar». No obstante, ha señalado que «aún nos queda mucho por hacer para conocernos mejor, para entendernos mejor».
DAJLA ES UNA CIUDAD MARROQUÍ
Por otra parte, en cuanto a las dudas que puedan tener los empresarios españoles de invertir en la región de Dajla debido al contencioso en torno a la antigua colonia española –que la ONU considera que está pendiente de descolonización–, Benyaich ha defendido que la antigua Villa Cisneros «es una ciudad marroquí» y en todas las leyes del reino se aplican también en ella. Por tanto, «tienen las mismas garantías», ha sostenido.
La embajadora también se ha mostrado convencida de que el fallo pendiente del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) respecto al acuerdo de pesca con Marruecos, actualmente suspendido, se resolverá favorablemente. «En política siempre se encuentran soluciones, para eso estamos los diplomáticos y los expertos de ambos países y de la Unión Europea», ha esgrimido.
Así las cosas, y como en el caso de la relación con España, ha venido a defender que a la UE le interesa tener a Marruecos como socio. «¿Qué quiere Europa enfrente de ella?», ha planteado, destacando que Marruecos es «un país que tiene seguridad, donde se conoce un gran desarrollo» y que bajo la directiva de Mohamed VI quiere compartir su desarrollo con sus «hermanos africanos».
En la misma línea se ha pronunciado el presidente del consejo regional de Dajla-Río de Oro, Yanja El Khattat, quien esgrime ser un «auténtico saharaui» por haber nacido en la antigua colonia española y haber sido elegido para representar al 80% de los saharauis, los cuales están en Marruecos.
«Tenemos derecho a desarrollar nuestras regiones», ha defendido, tras haber presentado a los inversores españoles las oportunidades que en sectores como la agricultura, la pesca, el turismo o las energías renovables ofrece la región. «Queremos que los españoles sean los primeros en venir», ha asegurado, resaltando los «lazos históricos» y también la cercanía geográfica.
Por lo que se refiere al fallo que tiene que dictar el TJUE, después de que la Abogada General de la UE haya recomendado recientemente ratificar la anulación del acuerdo de pesca porque vulnera el principio de autodeterminación del territorio del Sáhara Occidental al no tratarlo como «separado y distinto» de Marruecos, se ha mostrado «seguro» de que será a favor de «la cooperación entre Europa y Marruecos y reconociendo las regiones del sur».