La compañía eléctrica pública de Ecuador, la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), ha anunciado para este domingo 9 de junio cortes de energía en cinco provincias del país por trabajos programados de mantenimiento.
Concretamente, las interrupciones de suministro tendrán lugar en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, Guayas y El Oro. La causa de dichos cortes no es en esta ocasión el desabastecimiento en la red eléctrica, sino la realización de labores para la conservación de la misma.
Este anuncio llega después de que el ministro de Energía ecuatoriano, Roberto Luque, informara la víspera del fin de los cortes no programados de energía en el país gracias a la mejora de las condiciones hidrológicas y las medidas de mantenimiento tomadas por el Gobierno.
«Hoy podemos decir que el riesgo de cortes programados ya no existe. Hemos terminado los cortes no programados por falta de generación eléctrica», celebraba Luque este viernes en una rueda prensa.
No obstante, el titular de Energía advirtió de que el hecho de que no haya cortes programados como los que tuvieron lugar en abril «no quiere decir que un sector que ha tenido por años falta de inversión en generación y mantenimiento no esté en crisis».
«Eso lo seguiremos atacando desde el Ministerio», ha asegurando que el Ejecutivo ecuatoriano está «trabajando en paralelo en diferentes cosas para (tener) tranquilidad por años».
En abril de este año, Ecuador se vio obligado a aplicar una serie de apagones para hacer frente al desabastecimiento en el sistema eléctrico. Aunque en un primer momento se apuntó a cuestiones climáticas –escasez de agua en los embalses, excesivo calor y fallos en las centrales s energéticas– las autoridades apuntaron después a un posible sabotaje.
La situación fue tal que el presidente de país, Daniel Noboa, solicitó la dimisión de la entonces ministra de Energía, Andrea Arrobo; declaró el estado de emergencia en el sistema energético y puso en marcha una investigación para determinar lo ocurrido. Los primeros resultados de las pesquisas apuntaban a que Arrobo y otra veintena de sospechosos habrían ocultado información relevante sobre la situación energética.