El teatro es una necesidad cultural en una sociedad que pondera el entretenimiento. (Andina/Teatro Británico)
Las palabras quedan cortas cuando se tiene que presentar a un artista que abarcó casi todas las artes con maestría y colocó al Perú en un pedestal que rozaba con el firmamento. Quien pronuncie su nombre, abrirá una puerta imaginaria cuyo rótulo lleva una inscripción que dice: ‘Bienvenidos al mundo de Jorge Eduardo Eielson’. Tras tocar la puerta e ingresar a la habitación aparentemente vacía, un sujeto que luce una máscara saluda al visitante para luego entregarle un vaso de leche. Hay silencio en el cuarto sin techo que está iluminado por una luna de ensueño.
El individuo, absorto en lo que está sucediendo, se da cuenta de que el vaso de leche brilla como una lámpara, iluminando un nudo que cuelga en la pared revestida de versos. Cuando se acerca a ese punto, suena una canción de Marilyn Monroe que se intensifica conforme avanza. En ese lugar hay varias puertas que ostentan títulos como escultura, arte conceptual, dibujo, pintura, ensamblaje; así como poesía, cuento, novela, ensayo y teatro.
Con el propósito de no apagar su única fuente de luz artificial, el hombre opta por no tomar el vaso de leche. Instantes después, se aproxima hacia la puerta que dice ‘teatro’, pues sabe que es la faceta del artista poco conocida. Al deslizar el pestillo de la puerta, puede ver a lo lejos la fachada de un teatro muy conocido de Lima y en el que actores de renombre y directores han derrochado su talento.
Salón de exposición de arte de Jorge Eduardo Eielson. (travesiacuatro.com)
En el umbral de la puerta, el individuo se pone a pensar en los acontecimientos que se perderá por haber decidido conocer la obra dramática del Eielson. Verbigracia, no podrá presenciar cuando al artista le otorguen el Premio Nacional de Poesía por su obra “Reinos” en 1945; tampoco ver su primera muestra personal, que consta de dibujos, pinturas y objetos, en la Galería de Lima; ni siquiera apreciar sus móviles en la Galleria L’Obelisco, en Roma.
Tampoco podrá ser testigo de su participación en la XXXVI Bienal de Venecia en la que montará la instalación “247 metros de tela de algodón crudo”, ni de la instalación Gran Quipus de las naciones en la Spielstrasse de Mónaco de Baviera (Munich) durante los Juegos Olímpicos. Por momentos quiere dar media vuelta y volver a la habitación, pero es imposible pues ya no hay acceso a ese ambiente.
El sujeto, observado con curiosidad debido a que sostiene un vaso de leche en la mano, se encuentra ahora cerca del teatro donde se llevará a cabo el estreno de una obra de Eielson. Esta fue representada solo una vez en 1950 y luego fue censurada y prohibida antes de ese año. A pesar del veto, los actores salieron en escena mientras el autor se encontraba en Francia realizando actividades como artista plástico.
El diario La Prensa, en su edición del jueves 25 de mayo de 1950, anunció el evento cultural de la siguiente manera:
“La comentada obra de Jorge Eduardo Eielson ‘Maquillaje’, que fuera excluida del repertorio de la Compañía Nacional de Comedias, será llevada a escena el día de hoy en el Auditórium de la Asociación de Artistas Aficionados. (…) En nuestra edición de mañana publicaremos el comentario al estreno de una obra que viene a agitar el marasmo en que se encuentra el teatro en el Perú”.
Así informó La Prensa sobre la obra de teatro «Maquillage». (Canal Museal)
Con el transcurrir del tiempo, el sujeto se acerca cada vez más al centro cultural. De pronto revisa un libro en PDF y se entera que el representante de la Generación del 50 escribió esta pieza de teatro cuando tenía 23 años. Un año después obtuvo el III Premio Nacional de Teatro con su primera obra, “Maquillage”.
El escritor, antes de obtener este galardón, ya había experimentado una victoria en el Perú. En 1945 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con el poemario “Reinos”, lo que evidenciaba que era un joven talentoso no solo en el espectro del género dramático, sino también en el lírico.
“Esta breve obra nos muestra al Eielson visionario y vanguardista con un designio de mostrar una concepción apocalíptica del mundo, pero nutrida por ese estremecimiento y misterio desconocidos que provocan siempre sus poemas y prosas mejores pues Eielson sabe, como pocos, transmutar la vida con su imaginación en poesía, luz y movimiento y su tentativa es un triunfo de las letras peruanas del siglo XX”, escribió Ricardo Silva-Santisteban en el libro “Antología general del teatro peruano V. Teatro republicano siglo XX-1″.
Cuando el investigador se refiere a “breve obra”, significa que solo escribió unas cuantas piezas de teatro. Según el, la creación artística más larga del artista se extravió y dos cortas nunca han llegado a su estado final. Los interesados en la vida y obra del literato y artista plástico solo conocen “Acto final” (1959) y “Maquillage” (1947); esta última fue estrenada el 4 de abril de 2024 en el Teatro Británico de Miraflores.
El individuo llega al teatro y se topa con un cartel que ostenta una foto sugerente y un título que vuelve a aparecer después de más de 70 años, “Maquillage”. En ese momento, las personas que lo rodean no hacen comentarios adversos ni se atreven a calificar la obra como inmoral, como sucedió antaño; por el contrario, hay una gran expectativa por ver actuar a los actores y admirar la escenografía.
Cartel publicitario de la obra de teatro «Maquillage». (Teatro Británico)
“Maquillage”, una obra destacada en el presente
El siglo XX nos ha legado una amplia variedad de cuentos, poemas y novelas que han perdurado en el tiempo. Sin embargo, hay un género que no ha captado la atención de la mayoría de los peruanos: el género dramático. Las obras de destacados literatos han pasado desapercibidas, posiblemente debido a una falta de difusión adecuada o a que no han escrito muchas piezas teatrales.
Tal es el caso de Enrique López Albújar, con su obra “Desolación”; Abraham Valdelomar (“Verdolaga”); Ventura García Calderón (“Holofernes”); César Vallejo (“Colacho hermanos”), César Moro (“Ojo de gallo”); Sebastián Salazar Bondy (“El rabdomante”); Julio Ramón Ribeyro: (“Atusparia”). Estos literatos son conocidos por sus facetas de novelistas, cuentistas, poetas o ensayistas, de modo que sus otras creaciones literarias pareciera que han quedado en el olvido.
Así luce el escenario de la obra de teatro «Maquillage». (Teatro Británico)
Sin embargo, existen directores de teatro y escritores que le dan vitalidad a obras de teatro de antaño, algunos incluso la adaptan o reconstruyen sus textos. Tal es el caso de “Maquillage”, una pieza que se conserva solo unas partes de la versión original. Este panorama adverso no fue impedimento para llevarlas a las tablas debido a que el escritor Bruno Pólack se encargó de completar partes perdidas del texto de Eielson.
En diálogo con Infobae Perú, Pólack contó los pormenores de la labor que desempeñó en “Maquillage”. “Leí con tranquilidad todas las partes que habían quedado del texto de Eielson. Me concentré en revisar la voz de la palabra, el ritmo poético, los temas. Después de infinidad de lecturas, comencé a entender cómo se podía hilvanar esto sin que pierda el espíritu de lo que el mismo autor quería. Las palabras que yo he agregado son de alguna manera puentes entre una escena y otra, entre un acto y otro, para que se pueda entender la obra. Si comparamos con la arqueología, esta actividad se entiende como restauración de piezas arqueológicas. Hemos creado una nueva manera de hacer restauración al reconstruir una obra de teatro; esto realmente no se había hecho antes”, señaló.
Bruno Pólack se encargó de restaurar el texto original de «Maquillage. (Planeta)
En el día de la escenificación de la obra, todas las butacas estaban ocupadas y los actores y actrices experimentados derrocharon su talento en las tablas.
En cuanto al contenido, se mostró varios elementos recurrentes en la poética de Eielson. Sin mencionar cuáles son, señalaremos los siguientes versos del poema Campidoglio para hacernos una idea; el texto se encuentra en el libro “Habitación en Roma” (1952):
“Usted no sabe cuánto pesa / un corazón solitario / hay noches en que la lana oscura / la lana tibia que me protege / llega hasta el cielo / y mientras duermo mientras respiro / mientras sollozo / se me derrama la leche hirviendo / sobre la cara / y entonces una máscara magnífica / con la sonrisa del rey de espadas / cubre mi llanto”.
En esa línea, Pólack manifestó que en “Maquillage” “hay elementos que luego vamos a ver a lo largo de toda su carrera: arte plástico, poesía, novela”. “Por esta razón “Eielson es admirado, porque crea un universo”, agregó.
“Maquillage” no es la única obra que se dio a conocer al público. Existe otra no muy conocida que está envuelta en un halo de misterio. A continuación, un fragmento de “Acto final”: “Sobre la cama violeta y en penumbra, no se sabe si vivo o muerto, yace el cuerpo de Pedro (…) Charlie y sus ayudantes, con el rostro cubierto por máscaras blancas, rodean el cuerpo de Pedro. Le cercenan el miembro, dan unos pasos hacia la ventana y lo avientan a los pájaros. Marilyn Monroe desciende del retrato, se acuesta al lado de Pedro y besa con ternura la llaga de su sexo, cantando en voz baja el tema de ‘Bye bye baby’”.
Sobre este misterio, Mario Vargas Llosa escribió un artículo titulado “Vivir es una obra maestra” con el fin de leerlo en la inauguración de la exposición sobre Jorge Eduardo Eielson llevada a cabo en el 2008, en Florencia.
“Eielson, como persona, tuvo siempre algo secreto, una intimidad que mantenía fuera del alcance incluso de sus amigos más cercanos. Ese fondo misterioso que intrigaba y fascinaba a quienes lo conocían está muy presente en sus escritos, en sus esculturas y en sus cuadros”, escribió el premio Nobel de Literatura.
“Y, acaso sea uno de los elementos que garanticen la perennidad de una obra plástica y poética que, aunque inseparable del tiempo en que se fraguó, merece sobrevivir y testimoniar, allá, en el futuro, ante las nuevas generaciones, sobre los mitos, sueños, miserias y hazañas del mundo en el que Eielson padeció y gozó”, agregó. Es menester precisar que este texto fue enviado a Martha Canfield antes de que el ilustre literato vaya a Florencia.
Infobae Perú también conversó con Carla Valdivia, la directora de la obra “Maquillage”, quien detalló su trabajo y los desafíos que enfrentó.
“Uno de los retos fue lograr que el montaje tuviera cierta presencia de las artes plásticas y la poesía de Eielson. Trabajamos mucho en acercarnos al material del artista. Conociendo profundamente su universo, empezamos a crear en el espacio”, expresó.
Carla Valdivia es la directora de la pieza teatral «Maquillage». (vallejoandcompany.com)
En la obra de teatro hay un elemento que destaca entre todos, ya sea por su trasfondo como por su dimensión. Se trata de la Luna, un recurso que la directora supo capitalizar. “En el texto original se puede leer lo siguiente: ‘La Luna está hermosa, qué triste es tener que darle la espalda’. Esto fue para mí una pista con la que elaboré aspectos de la oscuridad y la luz”, indicó la dramaturga.
Otro aspecto destacado en la obra es la libertad que disfrutan los personajes para expresarse. Esto refleja el ideal que defendía el multifacético artista, quien en 1947 reseñó la obra de teatro de Sebastián Salazar Bondy, “Amor, gran laberinto”.
“De este modo le ha sido posible todo, incluso de poner en boca de uno de sus muñecos frases tan ciertas como esta: ‘Voy a orinar’, cosa que a todo el mundo le parece mentira que se pueda decir en público. Pero, por favor, señores espectadores, ―y él o el autor es el que primero lo ha comprendido― ¿acaso no es esta la única manera de hacer decir a la humanidad la verdad?”, se lee en el texto.
Sin duda, Jorge Eduardo Eielson es un destacado poeta que no solo brilló en poesía. En esa línea, Luis Rebaza Soraluz escribió en el libro “Arte poética” lo siguiente: “En el contexto peruano, Eielson no es el primer poeta-artista plástico de la tradición moderna, él sigue más bien una tendencia en la que lo preceden José María Eguren (1874-1942), Abraham Valdelomar (1888-1919) y César Moro (1903-1956). Podría argüirse más bien que Eielson es el primer artista plástico peruano de renombre internacional en conseguir un reconocimiento semejante para su poesía”.
Destacados actores y actrices de la obra. (Teatro Británico)
Martha Canfield, quien entabló un diálogo con Infobae Perú, también señaló que el representante de la Generación del 50 resaltó en todas las actividades artísticas que realizó.
“Él destacó en todo, tanto en poesía como en artes plásticas. Creo que él realmente ha sido muy excepcional. Alguna vez conversé con él sobre cómo grandes artistas como Picasso escribieron poemas. García Lorca destacó en teatro, pero no tuvo jerarquía en la pintura”, contó.
“Y así podríamos seguir hablando de muchos artistas que trataron de hacer otras artes, pero siempre se destacaron en una. Eielson destacó en ambas (literatura y artes plásticas) de manera extraordinaria”, agregó la albacea del multifacético artista.
En otro momento de la entrevista, Bruno Pólack ofreció sus impresiones sobre la obra que se estrenó el 5 de abril en el Teatro Británico.
“La gente sale realmente conmovida porque de alguna manera todos nos sentimos identificados. En algún momento de la obra un personaje dice: ‘Nosotros somos solamente un núcleo representativo de esta ciudad’. Entonces, lo que presenciamos en escena de manera cruda representa a las familias. Yo siento que de alguna manera la gente queda pasmada con la crudeza real de lo que estamos viendo en escena. Por otra parte, a mí me deslumbra el trabajo artístico; es increíble cómo todo ha confluido para crear una obra perfecta que rinde homenaje a Eielson”, sostuvo.
Finalmente, Ricardo Silva-Santisteban aseveró que “el teatro peruano ha sabido sobrevivir (virtud que también comparten otros géneros literarios hermanos) en una sociedad y bajo gobiernos disímiles poco propicios para alentar la actividad teatral por considerarla un ‘lujo social’ en vez de una ‘necesidad cultural’”.