José Luis Picón
Málaga (España), 16 abr (EFE).- Después de haber vendido más de dos millones y medio de ejemplares, Javier Castillo, uno de los escritores españoles con mayor proyección internacional, vuelve a las librerías con ‘La grieta del silencio’ y asegura que no ve «como algo peyorativo» que le califiquen como un «escritor comercial», porque «tiene que haber libros para todo el mundo».
«¿Es malo ser comercial? Yo leo libros de todo tipo y novelas mucho más literarias en la playa. Es igual que cuando se habla mal de ‘libros de playa’, pero es que los hay de todos los géneros», afirma en una entrevista con EFE el autor, cuya obra se ha traducido a 18 idiomas y se distribuye en países de América Latina, Europa y Asia.
Castillo (Málaga, 1987) añade que «lo mejor del mundo del libro es que no es excluyente, no es un coto cerrado, sino que cualquiera con una buena historia tiene la puerta abierta».
«Si hay libros que venden mucho, eso también permite que autores que son más experimentales tengan su puerta abierta, porque hay libros que venden más y que permiten sufragar los costes de otros que no venden tanto. Todos los autores son parte del mismo barco y cuanta más gente vaya a las librerías, más libros habrá y más historias increíbles surgirán».
Sus éxitos anteriores no le suponen una presión al escribir, algo que intenta «ni pensar», pues «cualquier escritor que crea que controla las ventas de sus libros comete un error».
«Lo único que controlas es cada párrafo que escribes, cada emoción que transmites, y lo que luego suceda está totalmente fuera de tu control», subraya Castillo.
Antes de ser escritor trabajaba como analista financiero y de esa etapa cree que conserva «la resistencia», porque puede pasarse «perfectamente quince horas seguidas escribiendo» y no lo siente «como una carga».
«También la planificación: planifico cada detalle, cada giro y cada aspecto de la trama y eso me ayuda mucho luego en el proceso de escritura. Por eso creo que la gente dice que mis libros son una obra de ingeniería más que un producto literario».
En ‘La grieta del silencio’ completa la saga con Miren Triggs como protagonista porque «es un personaje que tenía un arco planificado para estos tres libros (junto a ‘La chica de nieve’ y ‘El juego del alma’), aunque se pueden leer en cualquier orden».
Esa protagonista evoluciona, de estudiante de Periodismo a consagrada como periodista de investigación.
A Castillo le «fascina» el periodismo por «el poder que tiene y lo triste que es la renuncia que estamos haciendo como sociedad a lo importante que es». «Estamos viendo cómo poco a poco se va desmantelando y perdiendo poder», lamenta.
«Siempre me ha generado mucha inquietud tener que leer cinco periódicos para saber qué ha pasado y quería crear un personaje al que lo único que le importaba era contar la verdad».
Ahora que termina esta saga, asegura que tiene «muchas ideas» para el siguiente libro, que está «empezando a planear», y le «apetece muchísimo experimentar cosas nuevas», aunque admite que tiene una historia que vuelve a ser un ‘thriller’.
«Mis gustos determinan lo que escribo y me encantan estos temas oscuros, estos dramas y este suspense».
También fue un éxito la serie de Netflix basada en ‘La chica de nieve’ y ahora se está terminando de grabar la segunda temporada, inspirada en ‘El juego del alma’.
Ello no significa que escriba pensando ya en la adaptación a la pantalla: «Al contrario, lo que intento pensar es que son dos cosas muy distintas. Pienso en la mejor trama posible para el libro y luego, si tiene una adaptación audiovisual, se piensa a posteriori».
«Lo importante en una adaptación es que se mantenga el alma de la historia, no que las escenas sean idénticas o que los personajes mantengan el estilo que tienen», subraya Javier Castillo. EFE
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