Isa Pantoja se ha sentado este viernes en ‘Vamos a ver’ y ha hablado abiertamente sobre la polémica que se ha creado esta semana tras conocer que el domingo pasado celebró la comunión de su hijo Alberto y ni su madre ni Anabel Pantoja asistieron a la celebración.
Lo primero que ha confesado la joven es que «me lo pasé súper bien, fue súper especial para mi hijo y para nosotros como padre también», asegurando que «lo celebramos con quien pudo venir».
En cuanto a su madre, ha dejado claro que «no la invité porque sabía que no iba a ir y es que una persona que se desentiende de cumpleaños, de Navidades y etc entiendo que no iba a venir a la comunión» y añadía: «Ni la esperaba ni la espero».
Isa no se ha quedado solo ahí, ya que ha confesado que «no la espero y yo creo que él tampoco (refiriéndose a su hijo Alberto)» por lo que a partir de ahora espera que «si pasa cualquier cosa tanto bueno como malo que sepáis que no va a haber ese contacto, por lo menos por su parte».
Por otro lado, ha aclarado que «lo de Anabel, yo sabía que ella se iba de viaje, yo le he pasado fotos de Alberto porque ella siempre está pendiente de él, para mí está todo bien, entiendo por lo que no vino»… zanjando de esta manera cualquier rumor de distanciamiento con su prima.
Además, la joven también ha hablado de Dulce, la que está pasando por un momento de lo más complicado y ha comentado que ha hablado con ella en multitud de ocasiones que no haga entrevistas hablando de su madre porque «no le conviene a ella mentalmente ni tampoco que se exponga públicamente y ella hay muchas cosas que ha hecho que están mal».
Eso sí, a pesar de que haya gente que no lo entienda, Isa ha asegurado que «hay algo súper importante para mí, que es mi hijo y voy a anteponer siempre a las personas que le quieran y que le cuide», como Dulce, quien sigue siendo una de las personas más importantes de su vida: «Gracias a Dios todavía la tengo conmigo».
De esta manera, Isa se siente preocupada por la situación que está atravesando, de hecho no podía evitar emocionarse y terminaba su discurso dejando claro que «Dulce para mí es como una segunda madre».