El ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amirabdolahian, ha restado importancia este sábado la operación israelí efectuada en la madrugada del jueves al viernes contra la ciudad de Isfahán al decir que «ni siquiera se podría llamar ataque».
«Se trató del vuelo de dos o tres cuadricópteros, del nivel de los juguetes que nuestros hijos usan en Irán», ha comentado el ministro a la cadena estadounidense NBC sobre lo ocurrido en la ciudad.
Amirabdolahian ha asegurado que el ataque no causó ni daños materiales ni víctimas, y reiteró que la mayor parte de la actividad ocurrida esa madrugada en la ciudad estuvo relacionada principalmente con la activación del sistema de defensa aérea de la ciudad.
Por contra, fuentes oficiales occidentales han estimado al diario ‘The New York Times’ que el ataque israelí tuvo más envergadura del que han reconocido las autoridades iraníes y que comprendió, además del uso de los drones, el lanzamiento de un misil indetectable al radar.
Este misil habría sido disparado desde un avión situado fuera del espacio aéreo israelí y en ningún momento atravesó territorio jordano.
Se desconoce en qué lugar hizo impacto el misil pero un análisis de imágenes por satélite efectuado por el diario estadounidense exhibe daños en la Octava Base Aérea Shekari, en Isfahán, que dañó o destruyó el radar de «tapa abatible», que se utiliza en los sistemas de defensa aérea S-300 para rastrear objetivos entrantes.
Las fuentes conciben el lanzamiento de este proyectil como «un mensaje dirigido a Irán de que Israel está capacitado para saltarse sus sistemas de defensa en cualquier momento» a un coste mucho menor que el gran ataque lanzado por Teherán la semana pasada contra los sistemas de defensa israelíes y que comprendió más de 300 proyectiles.