La ONG Human Rights Watch (HRW) ha acusado a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de llevar a cabo una «limpieza étnica» en la ciudad sudanesa de El Geneina, capital del estado de Darfur Occidental, tras matar a miles de personas y de provocar miles de refugiados y desplazados entre abril y noviembre de 2023 en el marco de la guerra con el Ejército sudanés.
«Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU y los gobiernos se despiertan ante el desastre que se avecina en El Fasher, las atrocidades a gran escala cometidas en El Geneina deben verse como un recordatorio de las atrocidades que podrían producirse en ausencia de una acción conjunta. Los gobiernos, la Unión Africana y Naciones Unidas deben actuar ya para proteger a los civiles», ha declarado la directora ejecutiva de HRW, Tirana Hassan.
Las RSF, declaradas en rebeldía desde el inicio de los combates en abril de 2023, han atacado «incesantemente», junto a sus milicias árabes aliadas, a miembros de la comunidad masalit principalmente entre abril y junio, aunque luego volvieron a intensificarse en noviembre.
Estos asaltos, realizados en el marco de una «campaña de limpieza étnica» contra los masalit y otros grupos étnicos no árabes de la zona, han incluido a menudo «otros abusos graves» como torturas, violaciones y saqueos, provocando la huida de más de medio millón de personas desde Darfur Occidental hacia Chad; entre ellos, tres cuartas partes pertenecían a la población de El Geneina.
Para HRW, estas acciones «plantean la posibilidad de que las RSF y sus aliados tengan la intención de destruir total o parcialmente a los masalit al menos en Darfur Occidental, lo que indicaría que allí se ha cometido o se está cometiendo genocidio».
«Dos milicianos de las RSF separaron a los niños de sus padres y, cuando estos empezaron a gritar, otros dos dispararon a los padres, matándolos. Luego amontonaron a los niños y les dispararon. Arrojaron sus cuerpos al río y sus pertenencias tras ellos», ha declarado un joven entrevistado por HRW, que relata la muerte de doce niños y cinco adultos.
Estos ataques contra civiles comenzaron tan solo nueve días tras el inicio de la guerra y después de que los milicianos masalit perdiesen el control de sus barrios. El 15 de junio, las RSF abrieron fuego contra un «convoy kilométrico» de civiles escoltados por milicianos masalit, cometiendo una «masacre a gran escala».
«La RSF y las milicias persiguieron, acorralaron y dispararon a hombres, mujeres y niños que corrían por las calles o intentaban cruzar a nado el caudaloso río Kaja. Muchos se ahogaron. Los ancianos y los heridos no se salvaron», ha asegurado HRW, que ha entrevistado a más de 220 personas refugiadas en los países de alrededor de Sudán y analizado más de un centenar de imágenes, vídeos y documentos.
En noviembre, la organización denunció la muerte de miles de civiles en esta zona, y ha identificado al comandante de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’, a su hermano Abdel Rahem Hamdam Dagalo y al comandante de las RSF en Darfur Occidental, Jomaa Barakala, como los principales responsables de «estos crímenes».
La ONG también ha documentado el saqueo de propiedades y la matanza de ciudadanos árabes a manos de las milicias masalit y del Ejército sudanés, que han llegado a usar armas explosivas en zonas pobladas.
«La inacción mundial ante atrocidades de esta magnitud es inexcusable. Los gobiernos deben garantizar que los responsables rindan cuentas, incluso mediante sanciones selectivas e intensificando la cooperación con el Tribunal Penal Internacional (TPI)», ha añadido Hassan.