El jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha criticado las declaraciones del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que calificó de «trágico error» el bombardeo de su Ejército sobre un centro de desplazados en Rafá que dejó al menos 45 muertos y 250 heridos, la mayoría mujeres y niños.
«No hay debate, para el pueblo de Gaza, sobre si el ataque fue un crimen de guerra o un ‘trágico error’. Lo que ocurrió anoche fue la más reciente –y posiblemente la más cruel– abominación. Llamarlo ‘un error’ es un mensaje que no significa nada para quienes murieron, quienes están en duelo y quienes intentan salvar vidas», ha manifestado.
Griffiths ha sostenido que han «dicho repetidamente que ningún lugar es seguro en Gaza», ni los refugios, ni los hospitales, ni «las llamadas zonas humanitarias». «También hemos advertido de que una operación militar en Rafá provocaría una matanza. Hemos visto las consecuencias del ataque absolutamente inaceptable de anoche», ha agregado.
Horas antes, aseveró que «esta impunidad no puede continuar», pidió protección para los civiles. «Anoche Israel mató a decenas de personas, muchas de ellas mujeres y niños, que fueron quemadas vivas», señaló antes de recordar que en medio de lo ocurrido todavía no reciben ayuda humanitaria a través del cruce de Kerem Shalom «a la escala necesaria» debido a «impedimentos y combates activos».
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, lamentó el «horror» del ataque: «Las imágenes del campo son espeluznantes y no indican ningún cambio aparente en los métodos y medios de guerra utilizados por Israel, que ya han provocado tantas muertes de civiles». Así, afirmó haber «tomado nota» del anuncio de la investigación al respecto, si bien reiteró que un ataque de esas características contra una zona «densamente poblada de civiles» iba a tener «un resultado totalmente predecible».
Netanyahu afirmó horas antes que «lo sucedido en Rafá es un trágico error» y que, por tanto, las autoridades estaban investigando el caso. Asimismo, aseguró que lo ocurrido era «una tragedia para Israel», pero una «estrategia para Hamás». Diferentes medios palestinos difundieron imágenes del ataque, mostrando un gran incendio en el campamento y cuerpos de palestinos bajo escombros, carbonizados o mutilados.
El impacto del bombardeo ha sido tal que, según fuentes diplomáticas consultadas por la cadena de televisión Al Yazira o CNN, el Consejo de Seguridad de la ONU va a celebrar una reunión de emergencia a puerta cerrada a petición de Argelia para hablar sobre estos ataques.
El Ejército de Israel confirmó el ataque, en el que habrían acabado con dos altos cargos de Hamás responsables de Cisjordania, y reconoció que «como consecuencia del ataque y un incendio que se desató en la zona resultaron heridas varias personas ajenas a los involucrados» y afirmó que está «revisando» el incidente. Tras ello, el fiscal jefe de las Fuerza de Defensa de Israel (FDI) describió el suceso como «muy grave» y recalcó que hay una investigación en marcha.