En el desarrollo de acciones del plan Dominó del Inpec, llevadas a cabo en la cárcel de Jamundí (Valle del Cauca), el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario logró un significativo hallazgo al incautar una gran cantidad de drogas, dispositivos móviles, armas caseras, alcohol y dinero en efectivo.
La operación resultó en la incautación de 120 kilos de marihuana y 4.7 kilos de cocaína, sustancias que, según informes, estaban destinados principalmente para el consumo dentro del mismo establecimiento penitenciario.
Además, se decomisaron 147 celulares, herramientas esenciales para la comunicación ilegal de los reclusos con el exterior; 47 armas de fabricación artesanal, que representan un grave riesgo para la seguridad tanto de los internos como del personal; 83 litros de alcohol y 13 millones de pesos en efectivo, evidenciando no solo el consumo de sustancias prohibidas, sino también la existencia de una economía clandestina dentro de los muros de la prisión.
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“El miércoles estuvimos el resultado importante histórico para hacer una penitenciario que no se debería presentar, pero es lo que venimos trabajando en el marco de la operación Dominó, algo histórico, contundente”, declaró el director del Inpec, Daniel Gutiérrez.
Según Gutiérrez, el éxito de la operación fue posible gracias a la colaboración y el trabajo en conjunto de miembros de Grupos Especiales de la Fiscalía y la Policía, que descubrieron el lugar donde los criminales tenían escondida la droga.
En la Cárcel de Jamundí había una olla de droga – crédito Inpec
“Es una investigación que se llevaba hace hace algunos meses, en los que estábamos o teníamos información de un centro de acopio o de una caleta de un sitio camuflado, donde tenían, al parecer, sustancias estupefacientes. Informaciones de las mismas personas privadas de la libertad y también de funcionarios que han venido trabajando como antes encubiertos fuentes humanas interceptaciones”, indicó el director del Inpec.
La operación plan Dominó no solo se enfocó en la incautación de estos objetos y sustancias ilícitas, sino también en desmantelar las redes criminales que operan dentro del penal.
Por ello, Gutiérrez anunció que se ha iniciado una investigación exhaustiva para identificar a los responsables detrás de la comercialización de estos elementos, así como para determinar si existe complicidad entre algunos de los funcionarios del centro penitenciario.
“En las tejas del establecimiento (carcelario) de Jamundí se iba sacando por pocos (la droga) y se distribuía para el consumo interno de algunas personas privadas de la libertad, entonces fue una información que se pudo confortar, revisar y se encontró de manera muy dinámica y muy detallada estas sustancias. Seguramente vienen del Cauca y ya se le pidió a la Fiscalía aumentar la investigación para poder determinar quién era ingresaron, cómo la ingresaron y cómo se distribuía el interior del establecimiento para determinar los responsables si hay directores si hay funcionarios y hay privado libertad si hay visitantes”, agregó el el director del Inpec, Daniel Gutiérrez.
El descubrimiento en Jamundí no solo revela la ingeniosidad de los métodos empleados por los reclusos para esconder sustancias y objetos prohibidos, sino que también marca un paso adelante en los esfuerzos por limpiar las cárceles del país de influencias nocivas y garantizar un ambiente más seguro para la rehabilitación.
Sectores rurales de Jamundí despertaron con mensajes intimidantes atribuidos al grupo Jaime Martínez – redes sociales
El municipio vallecaucano es uno de los más afectados por la presencia de las disidencias de las Farc del Estado Mayor Central, que tienen el control en algunas zonas rurales, donde se dedican a la producción y comercialización de grandes cargamentos de droga.
Las disidencias del Estado Mayor Central tienen tanto poder en la zona que construyeron una carretera desde la zona montañosa de Jamundí hacia el Pacífico colombiano para sacar la droga y son propietarias de estaciones de gasolina, con las que financian la producción de sustancias alucinógenas.