Gabriel González de Gregorio llegó al juzgado de Soria junto a su abogado para asistir al juicio que enfrenta a sus hermanos contra Rosario Bermudo por la herencia de su padre. Aunque evitó hacer declaraciones, se detuvo para tomar fotografías del edificio adyacente al juzgado.
Por otro lado, el abogado Fernando Osuna, representante de Rosario Bermudo, no descarta la posibilidad de llegar a un acuerdo con alguno de los hermanos de su cliente: «Posiblemente lleguemos a algún acuerdo con algún hermano de Rosario, con algunos hermanos, con todos, con ninguno, con uno, con dos, depende. El panorama está abierto a todo tipo de negociación, siempre y cuando sea satisfactoria para Rosario». El letrado estima que la herencia podría oscilar entre 1.250.000 euros y 2.300.000 euros, dependiendo de los criterios aplicados. Además, defiende que Rosario no deseaba la exhumación de su padre, pero fue necesaria debido a la negativa de algunos hermanos a realizarse la prueba de ADN.
Es por ello que Rosario admite sentirse nerviosa pero contenta de haber llegado hasta esta etapa del proceso judicial. «Estoy un poco nerviosa, pero contenta de haber llegado hasta aquí. Confío mucho en el abogado y sé que todo saldrá bien», expresó Rosario.
De tal manera, Gabriel manifiesta su alegría al reencontrarse con su hermana Rosario y sus sobrinos: «Aparte de estas pendencias, es una alegría ver a mi hermana y a mis sobrinos. Espero que podamos olvidar las rencillas del pasado y construir un futuro juntos». También instó a sus hermanos a seguir el ejemplo de la transición española y llegar a un acuerdo antes del juicio que respete los mínimos para Rosario. A pesar de apoyar a su hermana Pilar en muchas cosas, Gabriel también entiende a Rosario y espera dar un ejemplo de unidad familiar.
Así, Rosario expresó su deseo de que el litigio termine pronto debido a las dificultades familiares que enfrenta: «Este año ha sido muy duro. Mi marido se ha quedado inválido y no puede salir a la calle. Mi hijo también va a ser operado. Necesito que todo esto termine para poder descansar».
A la salida del juzgado, Gabriel González de Gregorio y Rosario Bermudo se fundieron en un abrazo. Rosario aseguró a su hermano que no siente rencor hacia él, a lo que Gabriel respondió: «A ver si llegamos a algún acuerdo antes de que nos coman los gusanos». La hija de Bermudo advirtió que Pilar podría no ver bien este acercamiento, a lo que Gabriel contestó: «Pilar es mejor persona de lo que creéis, solo está enfadada porque se le pide mucho más». Rosario respondió: «Bueno, tampoco mucho más».