Solana es una blockchain que impulsa el desarrollo de DAPPs y es capaz de procesar 50 mil transacciones por segundo, una de las más rápidas. (Infobae)
Solana es una de las monedas digitales que más ha tomado relevancia en los últimos años en el mercado de las divisas digitales, por ello es importante saber sus movimientos dentro de este mercado sin regulación.
Creada en 2017 por Anatoly Yakovenko presume un mecanismo único de consenso Proof-of-Stake, el cual -según solana- mejora su escalabilidad sin sacrificar la descentralización y la seguridad. Para mantener un nivel establecido de inflación cada año, quema la mitad de sus criptomonedas utilizadas en cada comisión.
También cuenta con un alto rendimiento de transacciones y corto tiempo de procesamientos a tal grado que logra realizar 50.000 transacciones por segundo, esto lo obtiene al procesar linealmente las transacciones para crear un orden verificable de toda la actividad de la red.
Esta criptomoneda presume garantizar precios bajos en las transacciones, menores a los 0.01 dólares tanto para desarrolladores como para usuarios, esto gracias a su escalabilidad.
Precio de solana
Mientras el debate se acalora cada día más sobre la conveniencia o no de su uso, solana cotiza este día a las 16:55 horas (UTC) en 130.66 dólares lo que supone un cambio de -7.04% con respecto a las últimas 24 horas y una variación de -1.77% con referencia a su valor alcanzado en la última hora.
En cuanto a su capitalización de mercado, ha mantenido el puesto número #5 entre las monedas digitales.
Cómo funcionan las criptomonedas
Las criptomonedas están dejando de ser elementos ajenos y han comenzado a meterse en el lenguaje cotidiano, despertando el interés de aquellos a quienes les preocupan las finanzas o hasta llegar al grado de ser legalizadas en algunas regiones del globo terráqueo.
Representaciones físicas de varias criptomonedas sobre la placa base de un ordenador(EFE/Sedat Suna)
Como su nombre lo indica, las criptodivisas utilizan métodos criptográficos o de cifrado para realizar transacciones en un sistema desregulado y, la mayoría de ellas, por medio de cadenas de bloques (blockchain), lo que lo aleja de los modelos tradicionales en donde los bancos funcionan como intermediarios.
Su innovación ha ocasionado que muchas personas estén interesadas en invertir en las monedas digitales, pues su valor ha aumentado considerablemente en los últimos años siendo bitcoin, ethereum y dogecoin las más populares y las que mayor capitalización cuentan en el mercado.
Cada una de estas unidades son producidas a través de un proceso llamado “minado” y los usuarios las pueden adquirir a través de diversos agentes o bolsas de criptomonedas, para luego almacenarlas en “monederos criptográficos” o hacer diversas transacciones con ellas por medio de claves únicas.
Pese a que fue en el 2009 cuando el bitcoin entró al mercado como la primera criptodivisa en el mundo, lo cierto es que éstas apenas están experimentando un auge en el ámbito financiero, por lo que se espera que su uso sea mayor en un futuro cercano.
Entre riesgos
Las criptomonedas tienen distintas características que las hacen únicas: el no estar reguladas por ninguna institución; no requerir de terceros en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean alteradas.
Un cajero para comprar criptomonedas. (EFE/Cristobal Herrera)
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el hackear esta seguridad es posible pero difícil , pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Quien invierte en este tipo de activos digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos sólo guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.