El partido derechista Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) del ex primer ministro Boiko Borisov ha ganado tal y como se esperaba las sextas elecciones legislativas en apenas tres años con el 24,4 por ciento de los votos, con ya cerca del 80 por ciento de las actas escrutadas.
Las elecciones de este domingo han dejado también dos grandes sorpresas, el ascenso del Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS)–de corte populista, cercano al GERB y respaldado por la minoría turca– hasta convertirse en la segunda fuerza política de la Asamblea Nacional con cerca del 16 por ciento de los votos. La otra gran novedad es la entrada en el Parlamento de Velichie –Grandeza–, partido prorruso que ha obtenido el 4,8 por ciento de los votos.
La tercera fuerza es la coalición liberal Seguimos el Cambio-Bulgaria Democrática (PP-DB), con el 15,1 por ciento, un punto más que el también prorruso Vazrazhdane –Renacimiento–.
El Partido Socialista Búlgaro (BSP) ha quedado quinto, con el 7 por ciento de los apoyos, por delante del movimiento conservador Existe Tal Pueblo (ITN), del presentador de televisión Slavi Trifonov, que se queda con el 6 por ciento.
Está previsto que las autoridades electorales anuncien los resultados finales, incluido el número de escaños obtenidos a finales de esta semana, así como la participación, apuntan medios locales.
Los nombres de los diputados se anunciarán varios días después para permitir a quienes se presentaron a las elecciones en más de un distrito electoral o tanto a la Asamblea Nacional como al Parlamento Europeo elegir que escaño ocuparán.
Estas elecciones se han convocado ante la imposibilidad de formar un gobierno estable con los apoyos parlamentarios necesarios. Ni Continuemos el Cambio ni GERB consiguieron formar gobierno tras las elecciones de abril de 2023. Tampoco la socialista Cornelia Ninova logró el respaldo suficiente.
A la apatía de los votantes –la participación se estima por debajo de la de las elecciones de abril de 2023, que fue del 40 por ciento–se unen episodios de tensión relacionados con la guerra en Ucrania, como el reciente cierre de decenas de escuelas por amenazas de bomba recibidas por correo electrónico y teléfono.