Ciudad del Vaticano, 27 abr (EFE).- El papa Francisco recibió este sábado en el Vaticano a la comunidad del Seminario de la ciudad española de Burgos (norte) y, en la audiencia, recordó su visita en el año 1970 al lugar y recitó un pasaje del ‘Cantar del Mio Cid’.
«Queridos hermanos obispos, queridos sacerdotes y seminaristas, me alegra poder recibirlos hoy aquí, en la casa de Pedro», proclamó al comienzo del encuentro en el Palacio Apostólico, tras entrar caminando y no en la silla de ruedas que usa por sus problemas de rodilla.
En primer lugar, el papa argentino destacó que el grupo de seminaristas era «un mosaico de razas, culturas, edades que se han encontrado para responder juntos a la llamada de Jesús al sacerdocio ministerial» en la institución burgalesa.
Pero también, celebró «el hecho de que se estén formando en un lugar del mundo que tal vez para muchos fuese impensable, una tierra rica de historia y tradición, de gentes recias ‘por el clima y las costumbres’, pero que ahora -dijo- ustedes definen como ‘la España vaciada'», afirmó, en alusión a la despoblación castellana.
En ese momento, el pontífice recordó el paso del Campeador Rodrigo Díaz de Vivar por la ciudad: «Me viene aquello tan lindo del ‘Mío Cid’ cuando habla de Burgos: ‘Mío Cid Ruy Díaz por Burgos entróse, en su compañía sesenta pendones, salíanlo a ver mujeres y varones; burgueses y burguesas están en los balcones'», rememoró.
Asimismo, rememoró su visita a la ciudad en el año 1970 para ver al arzobispo de entonces, pariente de un tío político suyo.
«Así que recuerdo bien Burgos», reconoció.
Tras revelar sus propios recuerdos, el pontífice reflexionó sobre la razón que empuja a la vocación sacerdotal, llamándoles a «construir comunidad e Iglesia» en esa «tierra vaciada».
«Lo podemos traducir a nuestra realidad con unas simples palabras: ‘Jesús me quiere en esta tierra vaciada para llenarla de Dios’, es decir, para que lo haga presente entre mis hermanos, para que construya comunidad, construya Iglesia, Pueblo», animó.
Francisco indicó a los seminaristas que ese propósito puede cumplirse «siendo un grupo heterogéneo que sabe de acogida y de enriquecimiento mutuo».