Túnez, 29 abr (EFE).- Las fuerzas de seguridad tunecinas desalojaron este lunes a 500 personas migrantes de origen subsahariano de un edificio en la ciudad costera de Sfax, uno de los principales puntos de partida desde Túnez hacia Europa en la ruta migratoria del Mediterráneo Central.
Unidades conjuntas de seguridad en coordinación con la Fiscalía evacuaron el edificio, informó la agencia de noticias TAP.
La semana pasada, las fuerzas de seguridad desmantelaron tiendas de campaña en las localidades de El Amra y Jbeniana, en la gobernación de Sfax, donde se refugiaban decenas de subsaharianos procedentes del sur del desierto tunecino, informó la radio Diwan FM.
Los medios locales reportaron tensiones entre los migrantes y las comunidades locales ante lo que la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT) de estos municipios emitió un comunicado defendiendo «el derecho de los residentes a protestar pacíficamente para exigir una solución radical a la afluencia continua» de personas migrantes.
El presidente tunecino, Kais Said, transmitió a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, de visita en el país el pasado 17 de abril, que Túnez «no será país de asentamiento ni tránsito para migrantes».
Said propuso a Meloni adoptar un «enfoque colectivo sobre la cuestión de la migración y luchar contra las redes de tráfico de seres humanos» en el sur y el norte del Mediterráneo.
Túnez, que firmó el pasado mes de julio un memorando de entendimiento con la Unión Europea, se convirtió en 2023 en el principal país de salida de donde partió el 62% de los migrantes que desembarcaron en Italia, pero las llegadas desde Túnez disminuyeron considerablemente este año.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 16.065 personas arribaron en Italia desde el Norte de África desde principios de año, un 61% menos que en 2023, la mayoría desde Libia.
Amnistía Internacional (AI) alertó en su informe anual del deterioro de «la protección de los derechos de las personas migrantes y refugiadas” durante el pasado año 2023.
«Unos comentarios racistas del presidente desencadenaron una oleada de agresiones y detenciones contra personas negras. Las autoridades aumentaron exponencialmente las interceptaciones en el mar y llevaron a cabo expulsiones colectivas a gran escala hasta las fronteras con Argelia y Libia», resumió la organización sobre la situación en el país. EFE
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