Día marcado en rojo en el calendario para Joana Sanz, que en un discreto segundo plano tras la salida de prisión de Dani Alves el pasado 25 de marzo, ha cumplido 32 años este domingo 9 de junio. Y para celebrarlo, ha organizado una fiesta con amigos en la mansión que comparte con el futbolista en Barcelona en la que no han faltado las sorpresas y los detalles.
Un cumpleaños íntimo y ambientado en Doraemon, como ella misma ha compartido pletórica en sus redes sociales. Peluches, platos y vasos de cartón, cupcakes e incluso una tarta ambientada en el famoso muñeco animado japonés por el que siente una auténtica pasión.
Y aunque en sus stories de Instagram la modelo no ha revelado si Alves estuvo a su lado en un día tan especial, las cámaras de Europa Press fueron testigos del papel protagonista del brasileño en el cumpleaños de Joana.
Con una muleta y cojeando visiblemente, Dani acudía a primera hora de la mañana a una tienda delicatessen de Barcelona especializada en carne argentina de la más alta calidad para comprar todo lo necesario para sorprender a su mujer con una barbacoa y hacer de su fiesta algo inolvidable.
Junto al jugador, su íntimo amigo Bruno Brasil, también con muletas y en su caso con la pierna entablillada, lo que nos lleva a pensar que ambos sufrieron un accidente este fin de semana, ya que el viernes cuando Alves fue a la Audiencia de Barcelona a firmar -cumpliendo así con una de las medidas cautelares impuestas por el juez para concederle la libertad provisional- estaba en perfecto estado, y ni muleta ni cojera.
Una lesión que no ha impedido que el brasileño haya tomado las riendas y el papel de organizador en el cumpleaños de Joana. Después de comprar la comida, ponía rumbo a una floristería para obsequiar a su mujer con dos preciosos ramos de flores rosas y blancas con las que poco después llegaba a su domicilio para comenzar a preparar la barbacoa.