La construcción de la Línea de interconexión Bolivia – Argentina “Juana Azurduy de Padilla de 132 kilovoltios (kV)”, para la exportación de energía eléctrica al mercado vecino, demandó una inversión de Bs 365,3 millones, informó el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina.
“El monto total de la inversión ejecutada para esta importante línea de interconexión son 365,36 millones de bolivianos”, indicó la autoridad este jueves en el acto de inauguración del proyecto, a cargo de los presidentes de Bolivia y Argentina, Luis Arce y Alberto Fernández, respectivamente.
Molina explicó que la línea de interconexión eléctrica, que va desde la Subestación Yaguacua en la región boliviana de Tarija, hasta la Subestación Tartagal en la localidad de Salta, se construyó en un total de 2.146 días.
El emplazamiento del proyecto “pasó por una serie de adversidades de carácter técnico y ambiental”, aunque una de las principales dificultades que atravesó fue su paralización en 2020, durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez, debido a un quiebre democrático en Bolivia.
“Para el sector eléctrico boliviano la ejecución de esta primera línea de transmisión en 132 kilovoltios no solamente marca este hito, sino que permite esta interconexión eléctrica a Argentina; por lo tanto, el pueblo beneficiado es, principalmente, de las poblaciones del norte argentino, concretamente, las provincias aledañas de Tartagal”, indicó.
Enfatizó que Bolivia exporta los excedentes de energía eléctrica al vecino país “sin afectar la confiabilidad ni la calidad del suministro al lado boliviano”, para generar recursos económicos que beneficien al país.
“Esto es un orgullo no solamente para el pueblo boliviano, sino también para el pueblo argentino. Hoy no solamente quedan en un discurso los lazos de hermandad, sino que se constituye en hechos reales de integración y hoy avanzamos en la integración eléctrica”, destacó.
Con la interconexión eléctrica entre ambas naciones se concreta un viejo anhelo y se fortalece la integración energética en el Cono Sur, ya que Bolivia se sumará al sistema que permite el intercambio eléctrico con Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.
El proyecto representa el esfuerzo de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y sus filiales ENDE Andina, ENDE Transmisión y ENDE Transmisión Argentina S.A. (ETASA), ésta última instalada al otro lado de la frontera, que representa al Estado boliviano.