Los planes de pensiones surgen para garantizar que los trabajadores dispongan de un fondo de ahorros cuando alcancen la jubilación. (Getty) (seksan Mongkhonkhamsao/)
Un plan de pensiones es un producto de ahorro a largo plazo cuyo objetivo principal es complementar la pensión pública de jubilación una vez el trabajador se retira de la actividad laboral. Este mecanismo permite a los interesados realizar aportaciones periódicas o puntuales que se invierten en diversos instrumentos financieros para generar rendimientos a largo plazo. Este ahorro, efectuado durante la carrera laboral, permite una serie de ventajas fiscales a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Uno de los aspectos más interesantes de estos planes de pensiones es la fiscalidad que presentan, aunque se haya visto mermado en el caso de los planes individuales. Las cantidades aportadas a un plan de pensiones, tanto individuales como de empleo (a nivel empresarial o colectivo), pueden ser desgravadas, reduciendo la base imponible del IRPF del contribuyente.
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Límites a la deducción de los planes de pensiones
La deducción de la cantidad ahorrada en un plan de pensiones está sujeta a un límite general de 1.500 euros anuales deducibles en el IRPF o el 30% de lo aportado, lo que sea menor. Anteriormente, la legislación permitía desgravarse hasta 8.000 euros por este concepto. Sin embargo, diversas modificaciones aprobadas durante la pasada legislatura redujeron este límite primero a 2.000 euros y luego a 1.500 euros, desincentivando este producto para las rentas altas.
Por ejemplo, si una persona ha ganado por su trabajo 22.000 euros en un año y ha aportado 2.000 euros a su plan de pensiones, el IRPF se calcula sobre 20.000 euros. Así que, en realidad, pagar un plan de pensiones hace que pagues algo menos de IRPF. En la declaración de la renta, los datos de las aportaciones a planes de pensiones están en las casillas 462 a 476. En concreto, las aportaciones a los planes deben recogerse en la casilla 465.
Pensiones exentas de tributar
Para Hacienda, un plan de pensiones es un salario en diferido: parte del sueldo de ahora lo estás guardando en una caja que no se puede tocar hasta el momento de la jubilación y, por ello, podrás restarlo de tus impuestos. Esto bien. Ahora, en el momento en el que rescates tu plan de pensiones y empieces a cobrar estas rentas del trabajo, las tendrás que declarar, como si se tratasen de un salario. Esto solo sucede cuando tu plan de pensiones supera cierta cantidad anual.
Por norma general, si eres pensionista, tienes un único pagador y tus rentas anuales están por debajo de los 22.000 euros anuales, no estás obligado a presentar la declaración de la renta. Esto cambia cuando tienes dos pagadores y el plan de pensiones cuenta como segundo pagador. Si tienes dos pagadores y la suma de los rendimientos que obtengas supera los 14.000 euros, tendrás que presentar la declaración de la renta siempre que los ingresos del segundo pagador (tu plan de pensiones) superen los 1.500 euros anuales. Hay pensiones que están exentas de tributar, sea cuál sea su importe. Estas son las que provienen del Estado cuando las da en casos bajo unas circunstancias particulares. Las pensiones exentas de tributar son:
Pensiones de incapacidad permanente o gran invalidez.Pensiones de orfandad.Auxilio por defunción.Pensión a favor de familiares por incapacidad absoluta de su titular.Prestaciones derivadas de actos de terrorismo.Prestación familiar por tener hijos a cargo.
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