Clara Usón recupera la historia de ‘La Tigresa’ de ETA en ‘Las fieras’: «Fue una celebrity del nacionalismo extremo»

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La escritora Clara Usón publica ‘Las fieras’ (Seix Barral), una novela sobre los años «locos» de los 80 en España que gira en torno a la figura de Idoia López Riaño, una de las más sanguinarias terroristas de ETA conocida como ‘La Tigresa’ que alcanzó el estatus de «celebrity» dentro del «nacionalismo extremo».

«Se la veía como una ‘femme fatale’ y cuando ingresó en prisión su fama llegó hasta tal punto que muchos periodistas iban a la cárcel a interesarse por quiénes comían con ella o poner cámaras en las carreteras para grabar mientras se sacaba el carnet de conducir», ha explicado Usón en un encuentro con la prensa.

En ‘Las fieras’ la historia se estructura en torno a la joven Miren, quien busca su lugar en el Euskadi de los años de plomo con un padre violento y con la figura de ‘La Tigresa’ como uno de sus referentes. Paralelamente, la novela también aborda la guerra sucia que surgió para combatir a ETA a través del Gal, con «soluciones chapuceras» a un terrorismo que se cobró más de 800 víctimas.

Usón ha aclarado que todo lo que ha escrito sobre ‘La Tigresa’ se basa en documentación, puesto que renunció a un encuentro con la exintegrante de ETA. La autora ha reconocido que una de las cosas que le llevó a escribir sobre ella fue la «fascinación» que despertó en aquellos años el que una mujer «bella» pudiese convertirse en una asesina sanguinaria -con 23 años, López Riaño ya contaba con 23 víctimas a sus espaldas-.

«La gente se hacía esas preguntas de cómo una mujer, que además era guapa, podía ser mala y matar a tantas personas. Era una cosa de la visión machista de la época, en la que se esperaba de una mujer cuidados hacia las otras personas, y todo lo que se saliera de eso no se entendía», ha señalado.

De hecho, la propia ‘Tigresa’ tuvo que afrontar esas miradas en su organización terrorista, donde llegó a aceptar que «para hacerse pasar por uno de ellos tenía que ser más bruta que nadie». En cualquier caso, la visión de la escritora también apunta a ese arrepentimiento posterior de alguien que llegó a asumir «un nacianonalismo extremo» como única vía para la liberación del País Vasco.

«Seres mediocres o normales como Idoia se ven a ellos mismos como buenas personas, salvadoras de vida incluso, porque creen que no pueden sino que deben matar por su patria: es el mayor ejemplo de que el fin justifica los medios», ha lamentado Usón, quien considera «incomprensible» que alguien «pueda decidir matar a una persona por unas ideas».

EL RECONOCIMIENTO DE LAS VÍCTIMAS

Usón no ha querido hacer una novela «de tesis» en la que se ponga en la misma balanza las actuaciones de uno y otro lado -«en términos cuantitativos no hay dudas: ETA mató a más de 800 personas y los GAL a 27», ha explicado-, si bien sí lamenta que la decisión del Gobierno de Felipe González de crear ese grupo supuso «una quiebra» en el Estado.

«Fue una decisión que introdujo la corrupción: está mal desde el punto de vista ético, y llegaron a unos niveles en que, por ejemplo, los asesinatos de Lasa y Zabala con torturas durante dos días se ve casi peor que el caso Khashoggi -periodista saudí asesinado en el consulado saudí de Estambul-«, ha afirmado.

La escritora ha remarcado la importancia de conocer la Historia para las generaciones futuras, algo que debería venir respaldado por las instituciones actuales. «Cada vez que escucho la palabra ‘patria’ me pongo a temblar. Estaría bien que desde el Estado se reconocieran a las víctimas del GAL, como también estaría bien que Bildu se atreviera a decir que fue un disparate: así a lo mejor se le acababan los argumentos políticos a algunos», ha concluido.

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